Hemos Comido…en el Sardinero, en la cuesta de Las Viudas, también conocida como Santo Mouro.
Restaurante El Duque se postula como puntero en la oferta de la zona del Sardinero, con un buen menú del día y una carta enfocada al producto de temporada y estacional. Aúna cocinas de todo el mundo con clásicos de siempre, puedes disfrutar de un menú en la zona más emblemática de Santander o de una carta muy apetecible.
Álvaro Colman al frente de la cocina, formado en la escuela de Artxanda, tras una década en Munich al frente del equipo de cocina del Museo de Arte Bávaro, plantea su cocina haciendo hincapié en el producto y la estacionalidad, sin olvidarse de la cocina de siempre
Disfrutamos de una comida entre las sombras de los árboles de la cuesta de Las Viudas, solo hay lugar para un par de mesas, pero en verano se disfruta un día como hoy con una ligera brisa y sombra en un caluroso día.
El comienzo no pudo ser más de mi gusto, una gilda de elaboración artesana acompañando a un delicioso salmorejo. En fechas de tomates y en verano esta es uno de mis comienzos preferidos, una sopa fría y una gilda de la casa.
Si existe otro plato clásico del verano, este es la ensaladilla. Esta en su base era la clásica de siempre, pero la acompañan cebolla crujiente, siracha rebajada y cebolla encurtida también de la casa. Muy de mi agrado y con un toque diferencial.
A continuación, unos tacos de matricula de honor, costilla asada a baja temperatura con boletus, crema de cabrales y cebolla roja encurtida. El cabrales resultaba muy sutil, dejando un ligero sabor que combina con la carne y los hongos a las mil maravillas, un taco delicioso.
Caricos, el rey de la legumbre con su salsa chocolate y su característico sabor que hace que no necesite ningún acompañamiento ni compango, tiene su propio y delicioso carácter y estos de hoy confirman mis afirmaciones.
Puntalette con boletus y panceta. Como si fuera un risotto, me comentan que es la elaboración que está entre las preferentes de los clientes. El puntalette es un tipo de pasta corta fabricada con harina de sémola o en granos de trigo duro. Su forma es como la de un grano de arroz, aunque más grande, la textura es firme y agradable, cremosa al elaborarla en este formato y con un riquísimo sabor gracias a la elaboración de Alvaro.
La comida terminó aquí, ya que me resultaba imposible continuar con un postre.
Como decía al principio, El Duque ha sido todo un descubrimiento en esta zona de Santander, añadiendo una oferta gastronómica de calidad a la zona.