Hemos Comido…en la Cigaleña, está claro que cuando un sitio te cautiva vuelves y vuelves, y si hay celebración de por medio tal que mejor.
Nada más sentarnos nos sirvieron un Cremant du Jura Brut Domaine de la Pinte que nos acompañó durante la mayor parte de la comida, un espumoso un tanto peculiar. Este vino está elaborado con un cupage de Chardonnay, Pinot Noir y Savagnin. Presenta burbuja muy fina, en nariz predominan los aromas a frutas frescas con notas florales. En boca, las burbujas son finas y los aromas son persistentes, muy frescos.
Como aperitivo mantequilla, un clasico, aunque con otro aspecto, muy vaporosa con sal al vino, muy agaradable en boca.
Comenzamos con unos mejillones en escabeche. Un escabeche sutil, aunque la salsa tuviera un aspecto más basto que el habitual en estas elaboraciones, pero tanto el punto del mejillón como del escabechado resultaron deliciosos.
Continuamos con unas vieiras a la plancha con trigueros y puerros. Me gustaron más que las habituales zamburiñas de las que ya estoy bastante cansado y que por regla general no son tales.
Habiendo bocartes… que no falten, y más aún en la temporada que estábamos, sigue quedándonos bien claro que la cocina de la Cigaleña es de mercado. Por cierto, bocartes fritos aptos para celiacos.
Otro de los grandes de la Cigaleña son las mollejas. A mí me gustan cuando me las hacen a la plancha y así las pedimos, pero esta vez se confundieron y las hicieron encebolladas, no hubo problema, estaban casi tan buenas como mis favoritas, ciertamente que las disfrutamos.
Para terminar chuletillas de lechazo. Bien fritas, jugosas pero con la grasa crujiente, triscante que decían en mi casa, sobre una cama de verdaderas patatas, esto en un vicio. En casa a veces compramos un lechazo entero para hacerlo chuletas y vamos friendo y comiendo, al final o nos ponemos un tope o nos lo comemos entero, casi siempre esto último, y eso que somos tres.
Una tabla de quesos que pasó por lo alrededores y que pude fotografiar, lo cual dió paso a cierta envidiuca, sobre todo por el Stilton que vimos pasar y está claro, cayó un poco de este queso inglés que tanto nos apasiona.
Para acompañar al postre un Porto, Niepoort. Los vinos de Oporto no me apasionan, pero tenía ganas de que lo probara uno de mis acompañantes para que vaya aprendiendo a diferenciar y a formar el paladar, que ya lo tiene bien formado, pero aún le queda muuucho por probar.
De postre, arroz con leche buenísimo y un postre de cítricos muy refrescante.
Final de comida, un Les Fruits de la Volanté vin de table Francais Blanc, un vino libre de sulfitos y de agricultura biodinámica, como sule ser habitual en las elecciones de Andrés.
David Poutays es el joven enólogo que se encuentra detrás del diminuto dominio Clos de Mounissens, ubicado a 45 km al sur de la ciudad de Burdeos, a unos diez kilómetros de la denominación de Sauternes. Este vino está elaborado con uva dulce monovarital semillion, cosecha tardía con botritis maduración en barrica 24 meses.
