Hemos Comido…en Cadelo tras su reciente cambio de ubicación a las antiguas instalaciones de La Vaca Pasiega.
Junio 2019. No penseis que ha perdido encanto, el nuevo restaurante está mucho mejor dotado, con una cocina más amplia y la posibilidad de aumentar el número de comensales, pero como todos sabemos en hombre es animal de costumbres y yo ya me había acostumbrado al antiguo garito.
Está claro que en esta nueva ubicacion Kiano y su equipo ganan en todo, mayor amplitud, número mayor de comensales y, por tanto, puede dar mejor servicio.
El nuevo local destaca por una decoración minimalista y mantiene la ventana por donde los comensales controlan el discurrir de la cocina, al igual que en el anterior.
Lo que ha ganado en comedor lo ha perdido en barra, no ausente al cien por cien pero sí mucho más pequeña que la anterior; para mí todo un defecto, ya que me gusta mucho poder disfrutar de un vino y una ración, algo para lo que es más socorrida una barra que una mesa,
Aquí os quedan unas vistas del local para que os hagais una idea. Pasemos a repasar un poco la carta, en Cadelo siempre se caracteriza por estar muy adecuada a la temporada y haber un cambio más o menos estacional; una carta no muy extensa, pero suficiente cubierta en algunos casos por los clásicos del lugar, algo que no puede faltar y que acompañana durante todo el año a los estacionales.
En esta ocasión concurrimos tres comensales, Pepe, Kike y yo, en un principio éramos dos pero apareció Pepe y se unió a la comida.
Las gambas a la sal son algo que nunca me pierdo y en bastantes ocasiones es la ración que pido en la barra, coincidimos los tres en que son únicas.
Continuamos con unos mejillones + gazpacho verde de jalapeños + aceite de clorofila. Una elaboración que me esperaba más picante, resultó suave pero de muy buen sabor, buen mejillón en su punto justo de cocción y cierto toquecillo a vinagre muy etereo.
Buñuelos de bacalao. Es algo que nunca pido ya que las frituras no me entuiasman, pero estos en concreto merecían la pena, una buena fritura, una cremosidad como pocas veces he visto, bien escurridos, muy buenos.
Codillo confitado con barbacoa china, crema de apionabo, chirivia y pak choy. Una carne muy recomendable y diferente al tradicional codillo y el puré acompaña a las mil maravillas.
Arroz de camarón rojo + ali oli de hierbas. Un arroz muy sabroso, como un gran bocado de mar, el ali oli resulta un acompañante pendenciero pero agradecido, lo mismo que los pequeños cortes de jalapeño ligeramente picante.
Steak Tartar. Curiosamente acompañado de un huevo frito por comensal; muy básico, sin grandes añadidos y cortado en un tamaño hermoso, como a mí me gusta.
De postre, charlota de vainilla con gel de flores y tarta de queso.
