Hemos Comido…en La Castañal, se ubica en una callejuela del madrileño barrio de Tetúan, en las cercanías de Cuatro Caminos, tal vez desconfíe de la calidad y nivel del restaurante, independientemente del tipo de cocina que ofrezca.
La Castañal tiene su historia y es que sí es verdaderamente un rincón en una zona bastante recóndita de la capital de España. Restaurante de cocina gallega, con especial énfasis en los pescados y mariscos, no rivaliza tal vez en servicio y ambiente con otros gallegos relativamente cercanos, como Combarro o O´Pazo o bien con otras marisquerías como La Máquina, todos ellos al otro lado de Bravo Murillo. Lo que sí es cierto es que en cuestión de calidad no tiene casi nada que envidiarles y es que este restaurante, con manteles de papel y espacio reducido, ha sabido ofrecer un producto de una calidad más que probada a unos precios razonables. Al margen del marisco, buenos pescados y carnes gallegas, regadas con vinos nacionales y postres y licores con marcado carácter galaico. Como decíamos anteriormente la ubicación no es quizás el fuerte de La Castañal. Situado al fondo de una callejuela perpendicular a Bravo Murillo, se localiza en una zona bastante oscura, calles estrechas y difícil aparcamiento.
En todas nuestras visitas a La Castañal hemos dejado la carta a un lado. Si no fuera porque las hemos visto en alguna de las mesas del restaurante dudaríamos de si realmente existían. Ello se debe a que nuestra principal fuente de información para elegir una u otra opción ha sido el propio personal del restaurante, libreta en mano, orientándonos según nuestras preferencias. Entrantes típicamente gallegos, pescados, mariscos, carnes y postres, acompañados de vinos, en su mayoría de procedencia gallega – Ribeiros y Albariños – y licores, muchos de ellos de fabricación casera.
La verdad es que nuestra elección siempre ha sido similar, con algún pequeño retoque dependiendo del hambre que en su día tuviésemos. Para comenzar y dependiendo de la disponibilidad unos entrantes combinados con un marisco más o menos ligero. Las empanadas, de xoubas, zamburiñas, bonito, etc. son más que aconsejables; el pulpo à feira, los pimientos de Padrón, otras opciones. Dependiendo de la disponibilidad o no, mariscos como nécoras, percebes o cigalas a la plancha, suelen ser muy buenas opciones, en especial los dos primeros por su buena relación calidad-precio.
Para continuar recomendamos un marisco más contundente como un bogavante, un centollo, un buey, siempre de un tamaño considerable, traído de las Rías Bajas, conservando un nivel de frescura y sabor digno de mención.
Para finalizar y siempre que se acuda a La Castañal con hambre, dos opciones: pescados o carnes. Los lenguados, merluzas o rape son alguna de las opciones en pescados, preparados de distintas maneras y siempre aconsejados con mayor o menor énfasis por el personal del restaurante; en carnes, tradicionalmente más escogidas por nosotros en nuestras visitas al restaurante, destacan la ternera gallega con guarnición.
Los postres, todos caseros, donde, a la tradicional Tarta de Santiago, se suma la tarta de queso y especialmente las filloas rellenas de crema. Los postres se sirven con licores de la casa, orujos, aguardientes, etc. que suplen las menores opciones en otros combinados alcohólicos.
El precio, un aliciente. Con combinaciones del estilo de las que mencionábamos, vino incluido, es raro que la cuenta se dispare por encima de los 45-60 euros por persona, impensable en otros restaurantes gallegos y marisquerías de la capital.
En conclusión, La Castañal nos sigue pareciendo una opción inigualable si uno quiere disfrutar de un buen marisco a precios mucho más bajos que en otros restaurantes del estilo, sin sacrificar la calidad. Si bien el servicio y el local no están a la altura de otros restaurantes de similar calidad, el hecho de que la relación calidad-precio sea tan buena, mitiga dichas contras. Para comidas o para cenas, en un contexto más familiar o de amigos y menos de empresa, La Castañal es una excelente opción.
Berruguete 78 28039 Madrid 913115202