Granja La Sierra quesería ecológica: tradición, calidad y sabor

En el corazón de la zona pasiega, donde las montañas abrazan verdes praderas y el tiempo parece detenerse, se encuentra una quesería con historia, tradición y un compromiso inquebrantable con la producción ecológica. Este proyecto, nacido del esfuerzo de generaciones, ha evolucionado sin perder su esencia: el respeto por la tierra y los animales, pilares fundamentales de una producción sostenible y de calidad.

Desde hace décadas, esta familia ha dedicado su vida al cuidado de las vacas lecheras, mejorando los suelos y construyendo cabañas que garantizan una alimentación óptima basada en pastos y forrajes locales. A diferencia de los métodos convencionales, aquí la tierra se trata de manera sostenible, sin herbicidas, pesticidas ni abonos químicos de síntesis, lo que permite obtener productos con un sabor auténtico y una calidad excepcional.

Los animales disfrutan de amplios espacios de libertad y su alimentación se complementa con cereales de producción ecológica, garantizando su bienestar y la calidad de la leche y la carne. Esta estrecha relación entre los ganaderos y su rebaño se traduce en productos que reflejan la identidad del territorio y su historia.

Quesos y yogures ecológicos: un sabor incomparable

Los quesos de esta quesería destacan por su intenso sabor a leche y la ausencia de aditivos o conservantes artificiales. Cada pieza es un reflejo de la tradición quesera pasiega, con una textura y un aroma que evocan tiempos pasados. Los yogures ecológicos, por su parte, son elaborados con un proceso meticuloso que garantiza su calidad y frescura: desde el tanque de frío hasta el obrador, donde la leche pasteurizada fermenta en envases de cristal sin aditivos.

Hace años, esta quesería protagonizó uno de los primeros artículos de este blog. Hoy, con una nueva generación al frente, vuelvo a recorrer sus instalaciones, explorando los cambios y novedades que han llegado con el tiempo. En ferias y encuentros gastronómicos, he seguido su evolución, hasta que finalmente decidí regresar para adquirir su queso tierno, una verdadera oda a los quesos pasiegos ancestrales.

Este queso, presente en mi infancia, desapareció del mercado salvo contadas excepciones, dejando un vacío en el paladar de quienes lo disfrutábamos. Su regreso es un homenaje a la tradición, un puente entre generaciones y una invitación a redescubrir el auténtico sabor de la tierra.

Junto a esta joya gastronómica, la quesería mantiene su variado catálogo de productos: quesos frescos, torta pasiega, yogures y un delicioso queso de untar. Cada uno con una personalidad única, pero con el sello inconfundible de la producción ecológica.

Si hay algo que esta quesería ha demostrado a lo largo de los años, es que la calidad y la tradición pueden ir de la mano con la innovación y el compromiso ecológico. Solo queda el paso más importante: probar sus productos y dejarse seducir por la autenticidad de sus sabores.

Porque el buen queso no solo se disfruta, se recuerda.