Hemos Comido…en La Venta de Castañeda, un espacio representativo del entorno donde prima el producto de alrededores y la cocina tradicional de calidad.
Hacer una visita a Santiago Flor siempre es un gustazo, sabes que la sobremesa se va a extender y que vas a hablar de gastronomía, y si además te acompaña Alfonso Fraile la charla en torno a sector hostelería está garantizada. Pero antes de la charla hay que disfrutar de una gastronomía de cercanía con un enraizamiento claro en los cercanos Valles Pasiegos, aunque no todo se centre en ellos.
Comenzamos con unas alubias rojas con chorizo cocinadas en olla ferroviaria, un clásico de la casa. Alubias acompañadas de un fondo de verduras y un caldo bien ligado, con un ligero acompañamiento de chorizo. Aquí la reina del guiso es la alubia, en La Venta siempre hay un guiso del día a disposición del comensal y siempre es un guiso de categoría.
Había antojo de mollejas. Las pedimos encebolladas y acompañadas de hongos, que aportaban un ligero sabor. Unas mollejas muy recomendables.
Se nos acabó el cava inicial y tiramos de un Raventós i Blanc, uno de mis vinos de almohada y también del otro comensal. Por cierto, el Freixenet anterior no tenía nada que envidiar a este y si no fuera por que se había terminado hubiéramos seguido con él.
Los segundos también los compartimos. Unas chuletillas de lechazo de muy buena fritura y acompañadas de unas patatas muy especiales, que aquí las hacen en cocina, si alguien lo duda que lo pregunte, no sería la primera vez.
Para terminar, y también compartidas, unas manos de ministro con setas y el aliciente de contener la salsa algo de puerro, que aporta un sabor diferente a las habituales. Están de vicio.
De postre helado pasiego de quesos y crema pasiega.
La Venta de Castañeda, en Pomaluengo, un lugar de los marcados como de obligada visita. Si no lo has probado todavía vente a primera hora y tómate un desayuno pasiego…y luego me cuentas.