Rincón Castellano

Hemos Comido…en Cuellar, en El Rincón Castellano, gastronomía segoviana, empezando, cómo no, por el mejor cordero lechal asado en horno de leña tradicional.

Octubre 2015. Cuéllar es una villa y municipio español de la provincia de Segovia, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Debido a su carácter de villa medieval, fue declarada conjunto histórico, y posee un amplio patrimonio en el que destaca su castillo medieval, su triple recinto amurallado, uno de los más importantes y mejor conservados de la comunidad autónoma, el conjunto de arquitectura mudéjar más amplio de la misma y diversidad de iglesias, monasterios y otros edificios históricos.

Dentro de las festividades que celebra se encuentran los Encierros de Cuéllar, declarados de Interés Turístico Nacional y considerados los encierros más antiguos de España, con origen en el siglo XIII.

El restaurante se encuentra en una de las esquinas de la Plaza Mayor. Nada más entrar te encuentras con algo que llama poderosamente la atención: una buena montaña de torreznos. Aquí es famosa esta delicia, estaba claro que de aperitivo caía al menos uno delante de un vino de la casa, de desconocida procedencia pero de gran similitud a un Ribera.

Como en la mayoría de las ocasiones en las que entro en un restaurante soy el primero y esta vez les pillé en pleno zafarrancho de combate, preparando una mesa para treinta comensales; aún estando bien atareados me enseñaron el horno, que al parecer es del siglo XVII.

Otros de los grandes atrayentes de la zona son las tortas castellanas, creo que llaman a este tipo de pan candeal o bregado. Es el pan metido en harina de Castilla y León por excelencia, de baja humedad y envejecimiento lento, aunque a día de hoy es poco consumido, quizás porque es más caro y tiene menos posibilidades de uso.

Pero es un pan que acompaña a la comida castellana como nadie a una de las especialidades de la casa, el Almuerzo del Segador (huevos fritos con patatas y lomo de olla), chorizo de olla, asados, torreznos, etc, o que forma parte de ella como las sopas castellanas.

Restaurante Rincon Castellano Cuellar Segovia

El vino de la casa, como os dije antes, que me acompañó en la comida y en la barra era un Frutos, un cosechero con tintes de Ribera, bebible sin más. Por cierto, el término cosechero es para hacer referencia a que es un vino del año o última cosecha.

Y como pude observar en este histórico horno, se cocina a muy baja temperatura el cordero, algo tan simple de apreciar como metiendo la mano en el horno, el resultado un cordero sin igual característico de toda esta zona de Castilla.

En la foto, justo debajo de este texto, el maestro asador.

Mi intención era, como no, tomar lerchazo asado, pero no pudo ser, solo sirven cuartos y comérmelo sí que me lo como, pero necesitaría unas cuantas horas de siesta para digerirlo y no tenía tiempo para ello. Después llegó otro cliente que también quería medio cuarto, pero resultó qua ya me estaban haciendo el segundo plato. Vamos que, el día estaba de no, sigo sin entender la obligación de tomar un cuarto, dos comensales nos quedamos con ganas, una pena.

Sin poder tomar el lechazo opté por una mollejas con setas, como estábamos en tiempo de setas pensé que estarían acompañadas de alguna seta silvestre propia de la época y la zona, pero me las sirvieron con la típicas setas de bandeja, allí se quedaron. En otro orden de cosas, las mollejas hechas a la plancha, estaban de chuparse los dedos, una buena ración, un poco saladillas y crujientes, estupendas.

Lechazo había que comer de todas todas y la única alternativa que me quedó fueron una chuletillas bien crujientes, con la grasa frita, bastante sal y carne jugosa, todas de palo (costilla), a mi me gustan más de riñonada pero es por comodidad y no andar rumiando hueso. Estupendas, acompañadas de un pimiento verde bien frito y unas patatas artesanas.