Hemos comido…en El Chiringuito del Puntal, Somo, ¡POR FIN parece que LLEGÓ EL VERANO!
Julio 2013. Este año se nos ha hecho muy largo el invierno. La primavera no llegó, y no veíamos el momento de que entrase el verano, pero aunque tarde, esta semana por fin vino el buen tiempo y abrimos la temporada en el Chiringuito del Puntal.
La primera novedad es la gran bandera, hondeando en el mástil a pie de playa, como queriendo acogernos bajo su amparo, tradición y orgullo en este país nuestro con todos los que nos visitan, vengan de donde vengan.
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Este año, pequeñas mejoras en el local con apuntes de diseño, de la mano de la sobrina de Ricardo, Jana, que ha elaborado el logo para el chiringuito, “lancha del puntal”, realmente bien conseguido, y que ahora luce en las camisetas celestes de todo el personal.
En la zona de la playa, todo mas organizado. Aquí Ricardo nos trasmite su preocupación porque la playa se mantenga bien cuidada, y para ello un dibujo suyo a acuarela, pintado también por su sobrina, nos ordena “RESPETA LA PLAYA” sin andarse con rodeos. Solo así seremos capaces de legar a nuestros hijos sitios como este para que lo disfruten de la misma forma que nosotros hoy.
Tras los saludos, Elena nos prepara la mesa. Nos atiende y recomienda Raquel, como siempre muy bien. La verdad es que estamos como en casa. Sin mucho dudar, pues andamos tarde y con mucho hambre pasamos a las entradas.
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Rápido, 4 cañas y unos percebes, cortos y con verdín, bien soleados. Con la carne tersa y sabrosos. Ideal para abrir boca. Les acompañan unas “esquilas” como llamamos en la bahía a la quisquilla o camarón. Son pequeñas pero sabrosas. Desde niño, recuerdo que siempre han tenido esquilas en el chiringuito para picar en la barra de aperitivo. ¡Que no falten!
Como entradas tomamos para compartir unas albóndigas de bonito, como dice Raquel “hechas por ellos”. Muy ricas, nunca fallan.
Seguimos con Almejas de su pueblo, Pedreña. Estupendas. Precisamente este fin de semana se están celebrando en Pedreña las jornadas del molusco para hacer honor a las almejas de sus marismas.
No podía faltar la ensalada de tomate. ¡Este sí que sabe! Rojo, carnoso, con mucho jugo y ese sabor de verano del buen tomate. También unos pimientos de padrón.
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Pero algo se venía tramando en la cocina. Habíamos pedido una dorada a la plancha para los cuatro. ¡Qué pescado! 3 Kg de maravillosa Dorada de la bahía prepara a la plancha en su punto justo. ¡Qué blanca la carne! Con ese sabor fino y de marisco al fondo que tiene algunas doradas elegidas cuando son de buena madre. ¡Como la disfrutamos! No es fácil comer una dorada así. Antes de elegir, en la mesa no todos estaban por la labor de pedir dorada, A veces falla, le puede pasar un poco como al chicharro, hay unos que son exquisitos y con una carne tersa, y otros que tiene mal sabor y un carne blanda, siendo incluso pescados a la vez. También te puede pasar algo así con la dorada. Algunas tienen una carne blanda y con un mal regusto a basa en el fondo. Pero claro, luego nos explico Ricardo. Un buen proveedor suyo, de los de confianza, le había ido por allí con 60 kg de dorada, todas piezas de 3, 4, 5 kg y con pedigrí de nuestra bahía. ¡Casi se sabía su nombre!
Así de satisfechos, pasamos al postre, flan de coco y tarta de queso para compartir. Bien.
Todo lo regamos con cerveza y un albariño Martin Codax que se dejó beber.
El remate, puros y gin-tonics varios, ya durante la tarde y con baños entreverados, que nos llevaron hasta la 8 y media en que decidimos regresar para casa, muy a nuestro pesar.
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En fin, Ricardo sigue pilotando el Chiringuito con maestría, con un equipo excepcional, mejorando año a año. Lo atestigua la asistencia de personal al negocio y la gran acogida que tienen las cenas y fiestas en las noches de verano, para las que ya es difícil encontrar mesa incluso en los difíciles tiempos que vivimos. La calidad, siempre alta y el trato familiar no faltan. Y no creamos que es sencillo gestionar un negocio como este. ¡Seguir así!