Hemos Comido…en Lloreda de Cayón, en el antiguo Secreto de Lucrecia hoy en día a cargo del chef riojano Eduardo Lumbreras y su mujer Maluke Gutiérrez Mantilla.
Junio 2015. Eduardo, ha pasado los últimos años como chef en la cocina del hotel Marqués de Riscal en Elciego.
Boudica fue una reina guerrera de los icenos, que acaudilló a varias tribus britanas, durante el mayor levantamiento en Inglaterra contra la ocupación romana, entre los años 60 y 61 d. C., durante el reinado del emperador Nerón. Su nombre significaba ‘victoria’.
Esta casona típica de arquitectura montañesa dispone de nueve habitaciones, tres de ellas suites, para disfrutar de unos días de relax en un entorno privilegiado que ofrece múltiples posibilidades, gastronomicas, turisticas, terapéuticas etc.
La carta no es muy extensa, pero centrada en producto de calidad, de temporada y de cercanías. Dispone de un menú infantil y de un menú del día.
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Comenzamos tomando un vino recomendado por alquien que proviene de la tierra con nombre de vino, un rioja Medievo crianza 2012. Un coupage de las siguientes variedades de uva: 80% Tempranillo, 10% Garnacha, 5% Graciano y 5% Mazuelo. Crianza de 15 meses en barricas nuevas de roble americano francés.
A la vista de color rubí. En nariz se presenta con aromas a frutas pasas y tostados. En boca boca resulta carnoso, equilibrado, con taninos maduros y final con retrogusto a balsámicos. Una buena elección.
Mientra esperaba y con un vino delante me pusieron un aperitivo de croquetas, unas de jamón y pollo, de lo mejor que conozco en el mundo de la fritura, bechamel líquida y gran sabor. Y otras de manos de ministro, gelatinosas, algo más secas pero potentes de sabor, un comienzo de lo más prometedor.
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Este año formaba parte del jurado de la XIII Quincena del Pincho (12º Concurso Regional de Pinchos) y este restaurante concursaba, así que después de los pinchos me senté a comer para aprovechar el viaje y conocer de primera mano la cocina de Eduardo. Así que cuando me senté a comer ya estaba bastante saciado y solo tomé una ración y media.
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De primero algo fresquito y ligero, ceviche de lubina fresca del Cantábrico. Muy bien macerado, con un toque de alga Wakame y nueces. Una visión completamente distinta de un cebiche, para mi gusto más similar a un tartar pero de inmenso sabor a lubina, con un pequeño toque de picual y nueces. Novedoso, diferente y sabroso.
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De segundo algo que nunca se me hubiera ocurrido, un solomillo a la sal. Una elaboración más característica de los pescados pero que ya tiene unos cuantos acólitos en este restaurante, fans que se acercan con el único proposito de tomar esta ración. Yo tomé media ración y resulto «hermosa». El solomillo se encuentra albardado en tocino ibérico para que no le toque la sal. Podeis ver el proceso de limpieza en las fotografias del final. Una vez limpìo de sal te sirven la carne en su rojizo punto en un plato acompañado del tocino y con una guarnición de verdura y algo de puré de calabacín. Muy recomendable.
La atención resulta esmerada, las raciones generosas y el precio, como podeis ver, de lo más contenido. Hubo cosas que me quedé con ganas de probar, como el bacalao confitado en aceite de romero sobre tierra de aceitunas negras; rape, gambas y alcachofas con salsa de azafrán; lubina al vapor de moluscos con su jugo; pulpo a la brasa con un toque de ajo-perejil, esferas de salsa Mary y ajoblanco; etc.
Barrio de la Agüera 85 39694 Lloreda de Cayón 942555747