Hemos Comido en La Hiruca, restaurante de reciente apertura con una oferta diferente a lo habitual, una cocina con influencias asiáticas.
Abril 2014. La Hiruca irrumpe en el panorama gastronómico de nuestra comunidad con ganas de hacer algo distinto, un ambiente sobrio y una carta cortita pero centrada en especialidades de diferentes cocinas, asiática y sudamericana.
El restaurante está situado en un chalet en el barrio de Monte, con una barra donde tomar unos vinos o unos aperitivos y raciones, unas mesas situadas frente a la barra y un comedor apartado a la derecha de la entrada.
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Un restaurante informal con Alfonso Higuera en cocina. La carta, como decía al principio, no es extensa e invita a una comida en raciones orientada a compartir la mayoría de los platos, unas propuestas muy atractivas e internacionales. Por cierto, tiene un menú diario por 15€.
Éramos dos comensales a cenar y enseguida nos tomaron nota. No quedaba ceviche, una pena porque me gusta un montón, pero había muchas cosas que llamaban la atención e invitaban a disfrutar de una buena cena. La carta de vinos también es cortita, se caracteriza por la contención de precios y unas denominaciones de origen poco habituales es estos lares.
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Yo cené con cerveza y mi acompañante con un par de copas de Albariño. Tomé Weiss Damm, una nueva cerveza de trigo, de color dorado anaranjado, con un tono turbio brillante. No me convenció.
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Comenzamos tomando un maki shusi acompañado de una ensalada de pepino, esta ensalada me encantó y sobre manera el aliño, buenísima. El maki tenía el arroz pasado de punto, pero estaba bueno de sabor, la única pega de la cena, algo que queda como nota anecdótica.
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Compartimos también unas vieriras con langostinos. Un superfluo toque de curry, un planchado perfecto de las vieiras y una justa plancha para con los langostinos, una ración recomendable, excelente sabor.
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Otra de las raciones que compartimos fueron unas hamburguesitas de sarda. Una auténtica delicia, suaves, sabrosas y de sabor justo. Más similares en textura a un filete ruso, pero un auténtico lujo de guiso, muy recomendables.
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Y terminamos con unos tallaribnes thai con salsa de soja, langostinos, un toque picante y verduras al dente, muy buenos también.
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Para terminar un helado de yogur búlgaro.
En resumen, al sitio le falta un poco de experiencia, nada más, la picardía que dan las tablas, pero le auguramos un futuro prometedor. Todo lo que tomamos nos gustó.
Por cierto, el cocinero tambien hace labor de sala, de hecho a nosotros nos sirvió en un par de ocasiones. El precio nos pareció de lo más contenido, seguiremos su evolución muy de cerca.
Barrio Aviche 3 Monte 942049798