Galletas Pasiegas Casa Ibañez

Casa Ibañez fue fundada en 1999, en la Calle Manuel Avila nº 3 en Renedo de Piélagos.

En sus orígenes, estaba formado por un pequeño obrador, en el cual se elaboraban desde la pastelería tradicional hasta los productos típicos de nuestra tierra (sobaos, quesadas y galletas pasiegas).

Con el paso del tiempo nuestros productos han ido cogiendo fama y renombre, traspasando nuestras fronteras.

Debido a la creciente demanda, en el año 2006 construyen un nuevo obrador, situado en La Jarran 1 Vargas Pte. Viesgo, ampliando así nuestra zona de producción y almacenaje. Todo ello sin perder en ningún momento su esmerada elaboración artesanal.

Casa Ibañez cuenta con la acreditación IGP (Indicación Geográfica Protegida), y está inscrita en el Registro de Artesanos, todo ello sinónimo de garantía y calidad.

El entorno, Vargas

Su nombre se relaciona con la palabra ‘varga’, que alude a una cuesta o una pendiente. Es el pueblo que está experimentando un mayor incremento en el número de habitantes. Está localizado a 60 m de altitud y 2,8 km de Puente Viesgo. En los últimos años se han construido un gran número de viviendas, a la vez que se ha desarrollado una importante zona industrial que actúa como motor de todo el municipio. En Vargas nacieron el religioso José María Alba Cereceda (1924–2002), los militares Juan Antonio Bustillo Ceballos (S XVIII) y Manuel Antonio Bustillo Ceballos (1732–¿?) y el futbolista Manuel Fernández Mora (Moruca) (1932).

Entre las diversas fiestas del Municipio de Puente Viesgo destaca de manera especial la que se celebra en la localidad de Vargas el 20 de enero, en honor a San Sebastián, «La Perola».
Son muchas las versiones sobre el origen de esta fiesta, que se celebra desde hace casi dos siglos, según cuentan los más ancianos del pueblo. Parece ser que, por aquellos tiempos, en los pueblos de los alrededores se había declarado una epidemia de peste que estaba ocasionando numerosas muertes entre sus habitantes.

Contando estas malas noticias llegó a Vargas un pobre al que el pueblo socorrió caritativamente, dándola comida y alojamiento. Este pobre resultó ser San Sebastián quien, agradecido al pueblo por las atenciones recibidas, evitó que la peste llegara a Vargas. El pueblo, a su vez, quedó también muy agradecido a San Sebastián y en su honor se acordó celebrar una fiesta en la que se daría de comer a todos los pobres que se acercasen al pueblo.