Esta Navidad fue toda una odisea encontar donde celebrarla con los amigos con el nivel de seguridad que exigia la situación.
Al final encontramos en De Morro Fino, dos mesas de cuatro comensales cumpliendo con las medidas impuestas. No pudimos ser todos, ya que había que desplazarse desde fuera de sus comunidades y no estaba permitido, otros por recelo y otros por convivir con personas mayores y que no querían arriesgarse lo más mínimo.
La comanda fue de los más simple, ya que nos ceñimos a un menú fin de semana y compartimos unos entrantes mientras hacíamos una especie de vermuteo antes de comenzar a comer. Elegimos un plato principal (arroz), un segundo, más un postre. De entrada nos recibieron con unas tapas de pularda, un asado muy de estas fechas que nos gustó a todos los comensales sin excepción.
El pan es otro de los puntos fuertes del lugar, siempre te ofrece una buena cantidad y de dos o tres tipos, para mi es una parte muy importante de la comida y este siempre está muy bueno.
Otra de las raciones que cayeron, más de una, fueron las croquetas de tres tipos: cocido, jamón y calmares. Todo en la linea de la casa, croqueta artesana con una buena bechamel y bien escurridas.
Estaba claro que no podían faltar unas rabas. Justas de fritura y bien escurridas, con un rápido golpe de calor y cierta tersura, buenísimas.
Había un celiaco entre los presentes y en todo momento se le adaptó el menú. Está claro que de los fritos no pudo participar, pero salió ganando según nos avisaron de cocina. Todos tomamos de primero arroz, uno cremoso de marisco que fue por el que me decanté y que no defraudo.
Otros por arroz con verduras, que probé y tambéen resultó delicioso.
En los segundos se tomó bacalao. No sé deciros, la pinta era muy buena y así lo confirmaron los comensales que lo tomaron.
También osobuco, que tomé y me resultó fabuloso. Con una salsa tipo española de lo más sabrosa, una muy buena y tierna carne, sobre una cama de puré, un ménage à troi que me encanta: carne, salsa y puré.
Aquí os dejo una visión de los postres.
Ramón Bilbao, Azpilicueta, cava y copas, completaron una celebración de lejos, pero donde nos reunimos una pequeña representación de los amigos cumpliendo con las normas y quien no pudo asistir estuvo por videoconferencia.
De Morro Fino no nos falla.