Hemos Comido..en El Hostal con Luis, Gustavo y Menchu, estos dos últimos trasladan su proyecto de Santander a Oruña de Piélagos.
Abril 2016. Desde el antiguo Anna, anteriormente concocido como Nuevo Segoviano, se traslada Gustavo a El Hostal, un establecimiento con muchas más posibilidades que el anterior, comedores privados, jardín, terraza, barra.
La vez anterior que estuve en este restaurante comí en el jardín y la comida fue de lo más fructífera, buen producto, buena elaboración y un entorno de cuento.
Ahora toma el timón de la cocina Gustavo con lo que el impulso puede ser importante. Llevo siguiendo a Gustavo desde sus inicios, Cúrcuma, El Redoble, La Nueva Torruca y Anna, es un poco como cuando en la serie Los Simpson el Krusty Burger saca a la venta una nueva hamburguesa que produce adicción, que va cambiando de punto de venta por el país y Homer se dedica a seguir a la hamburguesa por todo EEUU. A mí me pasa lo mismo, la cocina de Gustavo me creó adicción a la primera toma de contacto, que fue en Cúrcuma y desde aquel entonces le sigo a todas partes, nunca defrauda.
La casa es de estilo regionalista, con anchas paredes de piedra, miradores y aleros de madera y forja en ventanas y balcones, lo que da a la misma una belleza y una singularidad únicas. El jardín trasero aporta frescura en verano, altos árboles y setos de bambú dan sombra y resguardan al cenador, pequeña construcción posterior.
La oferta gastronómica se basa en una cocina tradicional y de mercado, con una cuidada selección de las materias primas y una elaboración sencilla y cuidadosa, sin enmascarar los sabores que las mismas nos ofrecen.
La carta se ha tradicionalizado un poco desde la última vez en Anna, pero a la vista del verano resulta comprensible, también disponen de un menú diario. En esta ocasión opté por un menú desgustación.
Dos comensales, comida de trabajo. Comenzamos con un refrescante cava Bohigas, que nos acompañó a lo largo de toda la comida, un vino de la “Conca del Anoia” en Ódena, donde se encuentran las cavas y viñedos de Can Macià.
El comienzo vino marcado por una ensalada de tomate (muy bueno para la temporada en la que estamos), acompañado de boquerones de buen sabor y muy ligeros de vinagre, aguacate y cebolla roja. Un fresquito vicio para empezar.
A continuación un arroz caldoso de caza, con becada. Potente se sabor, con un acompañmiento de setas y zanahoria. Un marcado sabor similar al hígado, salvaje, riquísimo. La caza es algo que Gustavo hace como nadie y esta arroz lo deja bien claro.
Chipirones en su tinta con ali oli y Pak Choy. El Pak Choy,es una hortaliza pariente de la col, que a simple vista puede confundirse con la acelga. De hojas verdes y tronco blanquecino, esta verdura se cultiva en países asiáticos como China, Japón o Corea. El sur de España se ha convertido desde hace unos pocos años en una de las mayores zonas productoras de Europa de Pak-Choi. Tiene un sabor muy parecido a la endibia.
El ali oli estaba muy suave, a mi me gusta mas potente, y los chipirones a la manera tradicional rellenos con sus rabas y algún añadido más como huevo. Estupendos.
Para terminar lomo de ciervo sobre crema de hongos, pera al vino y coles. Un plato muy tradicional pero por el que no pasa el tiempo, ejecutado de manera perfecta, gran sabor y textura perfecta. Otro gran acierto.
De postre tartda de manzana y flan de queso, con un toque de menta y fresa confitadas, mejor final imposible.
En fin, cambio de instalaciones muy a mejor, todo lo demás permanece, servicio excelente y cocina como pocas.
Después de la comida Menchu nos enseñó las instalciones de El Hostal, que yo os dejo en para que os hagais una idea.
Siento no poder dejaros el importe de la comida pero lo desconozco, pagó el otro comensal.
Por El Mule.