Vuelta al Puchero 4 Almas, en mi primera visita quedó el pabellón muy alto.
En esta ocasión estuve deambulando por los dominios de Marta, la cocina, viendo cómo se llevan adelante la comandas.
Había quedado con Diego para comer y enseguida se presentó, por lo que pasamos rápidamente al comedor. Un día de calor asfixiante, pero los muros de la casona hacen su función a la perfección, para otros más acostumbrados al calor queda la terraza.
Nos sirvieron a modo de aperitivo una fresquita sopa de melón.
Comenzamos con una ensalada de tomate de alrededores, fresco de La Jarradilla y trucha marinada por Marta. Buenísimo el conjunto y eso que a mí la trucha nunca me ha sabido a nada, pero aquí con el marinado gana un montón.
El guiso del día, unas verdinas con almejas. No me entusiasmaron, aquí yo creo que no soy imparcial ya que la verdina siempre me ha parecido una alubia insulsa; estaban bien, pero no tanto como los guisos a los que nos tiene acostumbrado Marta.
Taco de bonito con soja y crema de ajo. El bonito resultó un espectáculo, tanto en el corte y formato de la ración, como en el punto y la textura interna; el ajo le acompañaba perfectamente, pero soy más partidario de la soja, es una cuestión de gusto, el bonito por sí solo se defendía a las mis maravillas. Una pasada de ración.
Diego es productor de arándanos y nos presentaron unos platos que tienen esta fruta como ingrediente.
Comenzamos con lomo de venado a los frutos rojos con salsa de trufas. La textura de la carne, el punto y el sabor no se me van a olvidar así como así, la salsa de trufas le va como anillo al dedo y los arándanos también acompañan a la carne como nadie ya que no es un fruto excesivamente dulce y sí que aporte cierto nivel de acidez. Una carne de matrícula de honor.
Para el postre una Pavloba de frutos rojos que me ha encantado, y una tarta de arándanos también muy recomendable.
