Hemos Comido…en El Galeón en Somo, cada vez que pregunto en mi casa donde vamos a comer marisco surge este nombre.
Agosto 2018. Surge este nombre por dos razones, la primera, por supuesto, es la calidad; la segunda, que todo lo tienen adaptado para que puedan comer celiacos. Así de paso nos llevamos unas raciones de croquetas para ir pasando la semana, estas que hace Agustín son de escándalo y aptas para celiacos.
Tardamos dos días en reservar, ya que estaban al completo, pero al final pudimos.
En los galeones la cofa es la parte más alta desde donde se situa el vigía.
Lo titulé en la cofa por que si lo hubiera titulado «hasta el carajo» suena algo asi como mal, pero es lo mismo. En ciertas regiones se utiliza la expresión: «váyase al carajo» como un insulto. Esto proviene de las grandes expediciones marinas. En las naves antiguas, en lo alto, tenían un lugar al que uno de los marineros subía para divisar a gran distancia la llegada al destino, algún barco enemigo u obstáculos. Este era un lugar no deseado puesto que uno se exponía a fríos, vientos, lluvia, sol y grandes posibilidades de terminar mareado. Este lugar se llamaba carajo y los marineros que cometían errores o desempeñaban mal sus funciones…. eran «enviados al carajo».
Bueno, hasta el carajo, hasta la cofa o hasta la bandera, el caso es que si no llamas y reservas lo llevas crudo.
Te asomas a la cocina y te encuentras con unas buenas almejas, unas cigalitas de las de sartén y un bogavante esperando a uno de los mejores arroces con bogavante que conozco, hecho con bogavante del Cantábrico marca la diferencia.
Esta vez vi desfilar bastantes ostras, algo que últimamente está de moda. Hasta no hace mucho encontrar ostras fuera de San Vicente de la Barquera era tarea imposible y ahora las encuentras en bastentes sitios.
Comenzamos con las cigalitas que habitualmente solemos pedir. A la sartén nos gustan mucho, fritas con ajo. En el mundo de la cigala Agustín es un maestro, las borda, sean del tamaño que sean y nunca te va a abrir una al medio a no ser que se lo pidas y asi todo discutirás con él pues sabe lo que pierde el producto al hacerlas de esta manera.
Salpicón de rape. Este salpicón que suele tener en carta es el resultado de la limpieza de las cabezas del rape, donde se alberga una de las carnes más suculentas de este pescado, siendo las carrilleras de este una las mas apetecibles y sabrosas carnes del pescado, más tersa y menos seca. Acompañado de unas buenas gambas y la clásica vinagreta, toda una delicia de salpicón. Por cierto, una buena ración.
Tomamos también una ración de gambones al ajillo. Las gambas se encuentran muy en su punto y el refrito de ajos que le acompaña añade sabor al de por sí dulzon de este marisco. Probé un par de ellas y me gustaron, el comensal que las habia pedido me dijo que le habían gustado mucho.
Yo tomé unas cocochas en salsa verde. Una salsa verde de un color poco habitual, debido a la harina con la que se hace, harina de garbanzo, para que sea apto para celiacos. Las cocochas estaban de lujo, una buena cococha de merluza, con unas buenas almejas y alguna gamba. La ración era descomunal, me la acabé a duras penas, ya que además invitaba a untar y todo el pan resulta poco.
De postre, las trufas de Agustín que son únicas, nadie las hace igual, con cacao de excelente calidad y naranja amarga, una delicia de fin de comida.
Otro de los comensales tomó tarta de chocolate y plátano.
Al final nos llevamos dos raciones de croquetas para casa. Agustín nunca nos falla, es apuesta segura.
