Hemos Comido…en El Cocinero, un sorpresa en toda regla, un cambio en la cocina que lo situa a la cabeza de la oferta de nuestra ciudad.
Agosto 2015. La terraza siguen siendo, sin duda, una de las mejores de Santander, y un luminoso día de verano se disfruta todavía más.
Comida de empresa, tres comensales, compartimos todas las raciones y todos quedamos impresionnados por las elaboraciones, lo estuvimos comentando toda la tarde después de la comida.
Al final comimos dentro, pues a uno de los comensales no le hacia gracia comer en la calle.
Resultó que también disponían de un menú del día, a un buen precio. La decisión de acercarnos fue debido a la debilidad que uno de los comensales siente por la lubina a la sal que elaboran en este restaurante, al final no la tomamos.
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Comenzamos tomando un salmorejo. Muy bueno, totalmente a mi gusto, con el punto justo de vinagre, jamón y un chorrito de aceite de oliva hojiblanca. Estupendo.
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Continuamos con una elaboración de las que nos sorpendió, cebiche de vieira. Novedoso y delicioso, un toque picante, justa de acidez de la leche de tigre y acompañado de una gran variedad de vegetales, una delicia.
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Taco de bonito escabechado, estaba fuera de carta, un buen taco de bonito con suave escabeche, jugoso, acompañado de alguna verdura escabechada y de una ligera ensalada. Un vicio de elaboración.
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Otra de las elaboraciones que compartimos fue el de cebiche de gambón, en la misma linea que el anterior, delicioso.
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Salmon Gravlax con caviar de trucha. Un marinado de salmón típicamente escandinavo. El vocablo gravlax procede del sueco y significa enterrado. Antiguamente este pescado lo elaboraban enterrándolo bajo tierra y añadiéndole eneldo, enebro y una marinada con sal, lo envolvían en pieles de animal y lo dejaban hasta que fermentaba. Este estaba buenísimo y resultó ser una generosa ración.
Continuamos con un Vitello Tonato, es un plato de origen italiano que según su traducción consta de ternera y atún, este venía acompañado de pimentón y alguna aceituna negra; en la misma linea que las raciones anteriores.
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Salmón acompañado de soja y verdura, este no lo probé, se le antojo a uno de los comensales y resultó que formaba parte del menú del día, estaba de cine según él.
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Para termimar un secreto ibérico macerado con mostaza y nuez. Aún siendo la inmensa mayoría de las raciones anteriores para dejarte con la boca abierta, esta iba todavía un poco más allá, hay que probarlo, no es algo facil de describir. Pruébalo te aseguro que no te arrepentiras.
Y aquí terminó la comida, ninguno tomamos postre pues estabámos servidos. Lo único que no puedo es mostraros la factura pues no pagué yo, podeis haceros una idea con la carta del principio del artículo.
Por El Mule