Hemos Comido…en El Riojano, el día de año nuevo abrimos el año gastronómico comiendo en un restaurante que nunca nos ha fallado y que es buque insignia de la gastronomía de nuestra ciudad.
Enmero 2019. Aún con la inevitable resaca de Nochevieja, qué mejor manera de empezar el año que brindando con cava, y a la hora de la comida seguimos con este espumoso tan de nuestro agrado, en concreto con un De Nit de Raventós.
Éramos tres comensales, dos de ellos celiacos. Compartimos todo ya que veniamos con ese planteamiento. El primero plato, alcachofas, dos por comensal. Alcachofas confitadas enteras acompañadas de un sabroso puré de alcachofa. Resultaron deliciosas, nunca me canso de este cardo.
Continuamos tomando una de las raciones que son fijas a la hora de pedir, por lo menos en mi caso, los gambones a la sal, que no defraudaron lo más mínimo.
En esta ocasión nos estrenamos con un steak tartar. Nos lo prepararon al momento y a la vista. Resultó muy de mi agrado y de los otros comensales. Sin excesos, un ligero sabor a mostaza y un toque picante, poco más. Por cierto, el corte tirando a generoso, como a mí me gusta.
Pedimos un típico del lugar, los caracoles a la riojana. Nos gustaron un montón. Los ingredientes son: caracoles, cebolla, ajo, guindilla, laurel, tomillo, tomate, chorizo, tocino de jamón y jamón. La salsa es más líquida que a la cántabra, pero están igual de buenos, una elaboración también complicada y de mucho trabajo.
Otra ración fueron unas cocochas con alcachofas. Puedo definirlas como magistrales, saborazo y punto, para mi resulto el plato más destacable de la comida, sin ánimo de menosprecio a ninguno de los anteriores, pero a mí se me quedó grabado en la memoria, dos de mis favoritos en un plato.
Por último un trozo de presa ibérica. Carne jugosa y de gran sabor, procede de la parte superior de la paletilla y posee bastante grasa infiltrada, es uno de mis cortes favoritos para plancha o brasa. Venía acompañada de una berengena que nos pareció deliciosa a los tres comensales.
De postre dos flanes.
Y una tarta de chocolate.
Y al final llegó la cuenta, como siempre con un ajustadísimo RCP.