La primera vez siempre deja huella. Mi bautismo gastronómico como miembro de la Cofradía de los Cocidos comenzó con un itinerario que combinaba tradición, producto y reconocimiento. Dos paradas, dos mundos complementarios: la bodega y la cocina.

El arranque: vinos con identidad

La jornada se abrió en Modega Miradorio, donde nos recibieron con una cata de sus vinos y una visita guiada por la bodega. El concepto de cata va más allá de probar: es un ejercicio de análisis sensorial en el que se valoran color, aroma y sabor, buscando la personalidad de cada vino. Allí descubrimos cómo la tierra y el clima de Cantabria se expresan en cada copa, con matices que hablan de su origen.

El corazón del día: la sopa de pescado de La Pradera

Tras la visita, nos desplazamos a La Pradera, en Ruiseñada, para rendir homenaje a una de sus especialidades más celebradas: la sopa de pescado. Este plato, que en la tradición marinera era una forma de aprovechar los pescados y mariscos disponibles, se ha convertido en una receta de culto gracias a la técnica y sensibilidad de sus chefs, Borja Mier y Mónica Calderón.

La sopa de la Pradera cofradia cocidos

La sopa llegó acompañada de un menú que reflejaba equilibrio entre creatividad y respeto al producto:

  • Croquetas de calabaza, suaves y cremosas, que reinterpretan un clásico con un toque vegetal.
  • Torreznos a baja temperatura, donde la técnica de cocción lenta consigue una textura crujiente por fuera y melosa por dentro.
  • Carrilleras, ese corte humilde que, tras horas de cocción, se transforma en pura mantequilla.

El cierre fue un postre sencillo y refrescante: compota de manzana, que devolvía al paladar la ligereza tras un menú contundente.

El reconocimiento: un puchero con valor simbólico

La Cofradía de los Cocidos entregó un puchero como símbolo de reconocimiento a la labor del restaurante. Este gesto, más allá de lo material, representa la unión entre tradición y oficio, la continuidad de una cocina que se transmite de generación en generación. La distinción fue entregada por Alfonso Fraile y Carolina Entrecanales, en nombre de la Cofradía, a Borja y Mónica, quienes recibieron el homenaje con la misma humildad con la que elaboran sus platos.

La sopa de la Pradera cofradia cocidos

Un día que resume lo que significa formar parte de una cofradía gastronómica: compartir, aprender y celebrar la cocina honesta, esa que nace del producto y se engrandece con la técnica y el cariño.

Por El Mule

Cofradia de los Cocidos de Cantabria

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