Hemos comido en La Taberna de Herrero, anteriormente Limonar de Soano y Guisante Verde.
Abril 2014. El local apenas ha sufrido un lavado de cara y algún que otro movimiento de tabiques, para abrir el comedor hacia la entrada y sustituir la antigua parte de tienda en mesas de raciones, el local es grande y acogedor. De entrada es un encanto por sí solo y con ambiente, una maravilla.
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Le han querido dar un aspecto tabernero, más que de restaurante, con una serie de raciones para tomar a pie de barra o en las mesas de la entrada.
A la hora que nos acercamos, en festivo y sobre las dos, la mayoría de la gente estaba tomando el aperitivo por lo que había un bullicio considerable y una gran cantidad de personas tomando medios y blancos, así como sus acompañamientos en forma de pinchos y raciones.
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Es una aproximación a lo que es su homónimo en la ciudad de Valladolid, donde desde el año 1996 ofrecen a sus clientes los productos típicos castellanos.
La cocina tradicional, por tanto, es su especialidad. Huevos rotos, morcilla de Burgos, pimientos a la zamorana. etc., son solo unos ejemplos de la extensa lista de raciones y tapas que podrás encontrar en la carta de La Taberna del Herrero.
Hacía mucho que no veía servir vino en frascas, algo que hacen en este restaurante donde tienen, creo, cinco variedades diferentes de vinos servidos de esta tradicional manera.
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La carta no es muy extensa, pero todo lo que pedimos nos convenció. Raciones generosas, buen precio, buena calidad y buena elaboración. Especial mención merece el personal de sala.
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Probamos un poco de bonito escabechado, buenísimo. Sutil escabeche y jugisidad excelente, acompañado de un pimiento asado de diez. Empezamos divinamente.
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Comimos compartiendo tres raciones.
Una ensalada de perdiz en escabeche. Escabechada a las mil maravillas, acompañada de algún toque diferente, unos pimientos tipo Padrón escabechados, zanahoria escabechada y los típicos acompañamientos de una ensalada, lechuga, tomate, hoja de roble, etc, recomendable. Las texturas y los sabores de los escabechado es algo que me maravilla y si estan hechos como estos todavía mas.
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Continuiamos con unoq bocartes fritos. Distintos, fritos con cabeza y con una harina diferente a la habitual, no se si era harina de garbanzo o una mezcla de harinas. Con un aspecto inicial de tempura crujiente por fuera y jugoso en el interior, se podía comer hasta la cabeza, de auténtico vicio.
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Para terminar un lomo de novilla. Una carne justa de maduración y con excelente sabor, acompañada de unas buenas patatas fritas y unos pimientos tipo Padron. Generosa y con una presentación diferente a lo habitual.
En resumen, un lugar con una oferta algo distinta, unas raciones con un buen precio y un excelente servicio, merece la pena la visita.
Rubio 4 39001 Santander