Hemos Comido…en El Café, en Cabezón de la Sal. Me acerqué a ver la salida de los 10.000 del Soplao y quien terminó soplando (y también cenando) fuimos mi acompañante y yo.
Comenzamos tomando unas copas de cava Torrelló Brut Reserva que resultó una auténtica revelación, no es de mis habituales pero en esta ocasión resultó excepcional.
Con el cava nos pusieron una tapa de nachos con guacamole, por cierto muy buena y eso que no soy fan de los nachos, pero a mi acompañante le gustan un montón y era una de las opciones que no tenia gluten. Al final nos bebimos la botella y terminamos los nachos. Después de pagar nos asomanos al exterior y comprobamos que llovía y que todavía quedaban un par de horas para la salida de la prueba deportiva. Ya que no habíamos cenado, y que todos los bares y restaurantes estaban «petaos», decidimos quedarnos a cenar algo mientras hacíamos tiempo.
El restaurante tenía una carta especial del día con motivo de los 10.000, confirmamos que conocían la dolencia celiaca y que eran capaces de darnos de cenar sin contaminaciones cruzadas ni nada parecido, preguntamos qué se podía comer y pedimos.
Cecina, rulo de cabra y pimientos, todo regado con un temperamental aceite de oliva picual. La cecina estaba muy buena, nada salada, no necesitaba del aceite. Los pimientos resultaron una maravilla, bien asados sin añadidos de azucar ni ninguna otra rareza, naturales. El queso bien, pero era lo único de lo que podría prescindir en el plato.
Para terminar, un entrecote de rubia gallega. Vacuno mayor bien madurado y mejor elaborado, roja en el interior y con unas patatas en dados muy bien hechas. La salsa de queso para quien le apetezca, yo la usé con las patatas, ya que añadirle nada a la carne era algo así como pecado mortal.
Al final siempre llega lo mismo, la cuenta. Buen precio, buen servicio y producto de primera..
