Hemos Comido en Reinosilla en el restaurante Casasola, barrio de Casasola, Valdeolea.
Valdeolea fue la base de la Legión IV Macedónica-romana y en ella se establecieron gentes muy romanizadas. Existe constancia de poblamientos más antiguos gracias a los restos de menhires que aún hoy podemos admirar en las proximidades de La Cuadra. Algunos historiadores creen que fue territorio de los cántabros y que aquí pudo estar la ciudad de Octaviolea.
Existen múltiples manifestaciones artísticas de interés y forma parte de la ruta del románico en Cantabria, a las puertas de Palencia, provincia con la que limita. De estilo románico son la iglesia de Santa María de Hoyos, la de Santa Eulalia (La Loma), la de Santa María de Valverde, la iglesia parroquial de San Juan Bautista (Mata de Hoz) y la ermita de San Miguel de Olea.
En Rebolledo-Camesa se encuentran ruinas romano-medievales, excavadas desde 1980. Presentan una cronología que va desde el siglo I d. C. Hasta el X. A caballo entre el románico y el gótico se alza la iglesia parroquial de San Martín (San Martín de Hoyos), donde también existe una torre medieval gótica (XIII-XIV).
Junio 2013. Veníamos de tomar el pincho del XI Quincena del pincho de Cantabria de La Cuchara del Camesa con la con la intención de tomar unas raciones en Casasola, me lo había recomendado un compañero de trabajo con origen reinosano, viniendo de Olea si no te fijas bien te lo pasa seguro al no haber ningún cartel visible.
Dispone de un buen aparcamiento, aunque como es habitual llegamos bastante pronto por lo que no encontramos ninguna dificultad a la hora de encontrar sitio.
A la entrada te encuentras una barra típica de mesón y una vez dentro el comedor. Al final las raciones se convirtieron en una comida en toda regla. Tienes tres comedores a lo largo de un pasillo, dos pequeñitos y uno muy grande, las instalaciones son muy buenas, muy bien mantenidas y dotadas. Lo que hay dentro no te lo esperas encontrar a la vista del exterior.
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La carta es una carta clásica de la zona basada en ingredientes de cercanías, aunque la pareja que se sentó al lado nuestro se tomó unas cigalas las cuales no son muy de cercanías. Vamos, que la oferta no se ciñe en exclusiva a la cercanía.
Suelen tener elementos estacionales fuera de la carta y de hecho es esta ocasión tenía tres tipos diferentes de setas cocinadas al ajillo o en revuelto.
Tomamos compartida una ración de blanquilla de San Jorge, estas setas son un manjar, crece en los prados y laderas de los bosques entre los meses de abril y mayo llegando en ocasiones como esta año hasta junio y a veces, cuando el tiempo es propicio en otoño.
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Nos sirvieron una ración de Setas de San Jorge de lo más generosa, con su típica textura leñosa y su marcado sabor, en esta ocasión un poco apagado por el sabor del ajillo, pero en cualquier caso buenísima, y algo que no suele ocurrir en los lugares de corte tradicional muy justas de fuego, vamos bien hechas sin pasarse, muy buenas.
De segundo tomamos dos entrecote, de una carne de la zona como pocas he tomado últimamente, acompañada de unas buenas patatas fritas y un pimiento rojo. La carne la sirvieron justo como se les pidió una al punto y otra un poquito más, acompañada de unas lascas de sal maldon.
Quisiera hacer hincapié en la calidad, el sabor, la textura y lo blando de la carne, el único pero que le encontré es que era carne joven, esta misma carne algo más vieja hubiera tenido un mayor sabor, pero eso es harina de otro costal. Como nota curiosa y que me gustó, te cobrar el entrecote al peso, los dos pesaban 960 gr. vamos que el tamaño era bueno.
No tomamos ni postre ni vino, pues había que volver a casa en coche, un café que nos gusto muchó y de vuelta a la carretera. El sitio es muy recomendable, el servico muy bueno y el precio acorde con lo ofertado. Cuando nos fuimos tenían el comedor prácticamente lleno, había una mesa enorme con una celebración y más comensales distribuidos a lo largo de los diferentes comedores.
Casasola 39418 Reinosilla 942745577