Hemos Comido…en Puente Viejo, un lugar que conozco de siempre.
A primera hora puedes desayunar una buena tortilla o una tosta. En esta visita mañanera me decidí por la tortilla, recién hecha y de buen tamaño, jugosa.
El día anterior me había acercado a comer, sin reservar, pero enseguida me encontraron sitio; aunque el comedor estaba lleno, hay rotación entre las mesas, y el personal es muy amable y atento. Disponen de menú de día y carta, dentro de la carta hay varias especialidades y algún que otro fuera de carta.
Nada más servirte te llega un aroma a las albóndigas difícil de olvidar, con unas patatas fritas que da gusto verlas, no pude evitar juntarlas con la salsa, ya que esta era un poema al buen sabor a carne. El plato se devuelve lustroso, me arrepentí de haber pedido media.
La ración de bacalao no dejaba indiferente, unos tacos de buen gramaje, en su punto, acompañado de cebolla y pimiento que no le arrebataba notoriedad al pescado, y que aporta un ligero punto dulce muy conveniente. Ración generosa, si antes me arrepentía de no haber pedido la ración entera ahora vuelvo a la cordura y la verdad es que habría sido una barbaridad de comida.
Tomé dos de las especialidades de la casa, aunque me quedó el interrogante de una tercera, el lechazo al horno, pero hoy no me apetecía.