Hemos Comido…en Palomeque, un restaurante que pasa a formar parte de mis favoritos en la capital maña.
Después de salir huyendo de uno de los más afamados restaurantes de Zaragoza, donde teníamos reserva, pero nos dimos cuenta a tiempo de que no era un lugar recomendable, nos disculpamos y decidimos irnos después de veinte minutos esperando y asistir a una serie de tropelerías.
Salimos a ver lo que pillábamos sobre la marcha, ya que Zaragoza es un lugar donde toda la población sale a comer fuera de casa el domingo y si no has reservado está complicado encontrar sitio. Al pasar por Palomeque observamos que había terraza y preguntamos si nos daban de comer en ella. Con la respuesta afirmativa nos sentamos y disfrutamos de una de las mejores comidas de la ciudad.
Aquí debajo os dejo las sugerencias del día, para que sepais qué se cuece en su cocina, una cocina de mercado de marco tradicional.
Comimos con un Cuvee de Prestige 2014 de Freixenet, un cava elaborado con uvas de las variedades Macabeo, Xarel·lo y Parellada seleccionadas de los viñedos preferidos de Dolores Sala, en las zonas del Pla del Penedès y Mediona. Cuvée DS es un cava que sólo se elabora con las grandes añadas.
Cava de color amarillo dorado y brillante con burbuja fina y persistente, marcando una buena corona. En nariz destacan los potentes aromas de crianza, suaves aromas de frutas maduras, toques de panadería, miel, ligeros fondos tostados muy agradables. Un perfecto acompañante, una muy buena eleccion.
Alcachofas con foie. Hay muchas maneras de elaborar las alcachofas, a mí la que más me convence es el confitado, donde más se respeta el sabor de este cardo, pero me gusta de todas maneras. Aún así como menos me llama la atención es cocida, por que creo que pierde sabor tras la inmersión en agua.
Esta ración estaba confitada y después planchada, acompañada de una verdadera rodaja de foie. Uno de los mejores maridajes que conozco, alcachofas con foie, dos sabores complementarios hechos el uno para el otro, unas lascas de sal y ya tenemos organizado el festín. Olé por el cocinero.
Pochas con setas. Por esta zona se nota la influencia del Ebro a lo largo de toda la provincia, Zaragoza es la ciudad de Ebro, un río de marcado carácter cántabro. Una de las bondades de este río es que las zonas que riega destacan por su huerta y la pocha es uno de los vegetales que se plantan a la vera del río. Pochas de agradable sabor, suave e impregnada del grato sabor a setas, el sabor que yo defino como «de boletus». Una delicia de guiso, servido en tres tapas, una para cada comensal, un guiso del día de lo más ocurrente y genial.
Roast beef con GoldLis y verduritas. El roast beef se está convirtiendo en un habitual de muchos establecimientos, esta elaboración inglesa es una de las maneras más sublimes para mi gusto de tomar una carne. El roast beef o rosbif, es un corte de buey tierno que se asa al horno, un plato muy tradicional, servido preferentemente los domingos (sunday roast).
La elaboración del roast beef de este restaurante es sensacional, un asado sangrante con marcado sabor a carne, acompañado de algo de pimienta y de aceite GoldLis, un virgen extra premium intenso en aromas, redondo en sabor y de armonioso conjunto. Un aceite que no deja indiferente a nadie por su marcado carácter. El trío rostbif, verduras y aceite es un cojunto que se gana al comensal al primer bocado. También el corte de la ración es muy acertado, bastante grueso, sin pasarse, lo cual se agradece y le añade generosidad y mejor textura que un corte fino a una ración muy recomendable
Paletilla de ternasco a baja temperatura. El ternasco es la carne insignia de la comunidad, Aragón siempre ha destacado por sus carnes, su ternasco y su afamado jamón de Teruel, que detentan una fama merecida. En Palomeque una de las especialidades es la paletilla, una elaboración a baja temperatura que compite directamente con cualquier horno de barro. Sabor limpio y buena carne, ración generosa y servida como antaño limpia a la vista. Fabuloso, el mejor ternasco que he tomado por estas tierras, buen cordero y buena elaboración.
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Anchoas. Una visión muy particular del mundo de la anchoa. Limpia, relimpia, en mariposa, recién sobada, en hielo y por cierto de Santoña; el hielo potencia el sabor y les quita salinidad, todo un descubrimineto. Podría decir que Zaragoza tiene una oferta de anchoas como en pocos sitios y siempre pareja a una calidad extraordinaria, apuestan por la anchoa de más calidad de Santona y del Cantábrico.
Ruso y helado. Uno de los pasteles de la región es el ruso, y uno de mis pasteles favoritos, que para mí ha tenido su máximo exponente en Frypsia, una desparecida pastrelería de Santander donde el ruso era una de las espcialidades, pero con una forma distinta a este, más grueso (unas tres veces) y de forma rectangular.
Un vino dulce de la zona para terminar, moscatel de Cariñena. De tono oro pálido, con aromas pronunciados de flor y fruta como melocotones, albaricoques, mango y miel. El toque que da al paladar es sedoso y dulce con un paso por boca muy agradable y suave. El retrogusto es delicado y lleno de recuerdos a frutas en almíbar.
Palomeque, las tres BBB, una comida de tres comensales, comidos y servidos a cuerpo de rey. Si pasas por Zaragoza no te lo puedes perder.
