Un Banquete Cantábrico, un Viaje Gastronómico y Cultural.
Bajo el cielo azul de Cantabria, en un entorno idílico entre viñas, tuve el honor de compartir una comida con la Cofradía de los Cocidos de Cantabria.
El aire estaba impregnado de la fragancia de la tierra y el vino espumoso, una creación exquisita de nuestro anfitrión, que no tiene nada que envidiar a cualquier otro espumoso. Cada sorbo era un deleite, y su sabor se intensificaba al conocer su origen cántabro.
La invitación por parte de la cofradía tenía un propósito especial: un desafío que había lanzado sobre la recuperación de la Olla Podrida, un plato tradicional. Para mí, esta es la elaboración más emblemática de nuestra gastronomía, una joya culinaria que, lamentablemente, ha desaparecido de los restaurantes desde los años sesenta. Creo firmemente que debe recuperarse, aunque solo sea para rendir homenaje a su extensa historia literaria.
Este encuentro fue una primera toma de contacto, una iniciativa llevada a cabo por Luis Cordero, quien se atrevió a revivir este grandioso guiso. Aunque no incorporó tantas carnes como en la receta original, logró crear un guiso de muy alta alcurnia, un manjar digno de reyes.
El homenaje culinario comenzó con una sopa de ajo con pelotas, elaborada a partir del caldo del cocido. Esta sopa, de intenso e inmenso sabor, estaba bien desgrasada y tenía un alto componente de colágeno, una delicia para el paladar.
A continuación, llegaron los garbanzos con repollo, un garbanzo pedrosillano cocido a la perfección. Este plato se presentaba en bandejas acompañadas de un rico compango, donde se podían distinguir las diferentes carnes de vacuno, cerdo, ave, etc.
Para terminar, otro gran clásico de la cocina española que fue ejecutado con maestría por el Chef de la Cofradía, el gran Luis Cordero: una ropavieja. En mi casa siempre la llamaron carne de hilos por el aspecto de las carnes. Este plato me transportó a mi infancia, a los días que seguían al cocido en casa de mi abuela.
Este banquete fue más que una comida, fue un viaje a través de la historia y la cultura de España, un recordatorio de la riqueza de nuestra gastronomía y la importancia de preservar nuestras tradiciones culinarias.
Para terminar unos Nuris de Luis Ruiz Vega Autor y Divulgador de Pastelería, cofrade y pastelero.