Hemos Comido…en Horizon, en Castro a la vuelta de San Sebastián.
Comencé con un aperitivo de sopa de pescado, muy sabroso.
Seguí con unas patatas riojanas bastante buenas, con un rico aroma a pimentón.
A continuación, un cachopo que formaba parte de un menú de 25€.
El concepto, que diría Pazos. Hoy en día todo el mundo tiene cachopos en carta, está de moda, pero pocos aplican el concepto: tamaño, relleno y envoltorio.
El tamaño ha de ser descomunal, como mínimo.
El relleno ha de ser queso azul del Principado (en su defecto similares) y jamón o cecina.
El envoltorio es un filetón de enormes proporciones, en una cara y en la otra.
Si no cumples con el tamaño no lo llames cachopo, llámalo cachopín, cachopuco o incluso mini cachopo.
Cuando llegó el que nos ocupa olía demasiado a fritanga, pero ¿cuál es el concepto de fritanga? Para mí el olor a aceite infinitamente “requeteusado” y las patatas que le acompañaban con resabor a este aceite.
En fin, el “cachopo” anteriormente conocido como milanesa, tenía un envoltorio de carne con un corte de micras de grosor, y su interior contenía una pasta de setas y algo más que no llegué a reconocer.