El Galeón

Inaugurado en 2002, y ubicado estratégicamente en la entrada del Parque Natural de Oyambre, cuenta con una amplia carta de carnes y pescados a la parrilla, guisados y variados tipos de ensaladas.

Mayo 2012. Domingo, regresábamos de pasar el fin de semana en Oviedo y estábamos entrando a Cantabria a eso del mediodía. Teníamos ganas de comer carne y hablamos con José, gran conocedor de este producto. ¿Dónde podemos comer un buen Chuletón?; “Ir a al Galeón en Rubárcena y preguntar por Jose, es una artista de la parrilla y tiene muy buen material”.

¡Estupendo!, vamos para allá. Nos desviamos en San Vicente de la Barquera y llegamos hasta allí por la carretera de la costa. La playa de Merón, Gerra, oyambre…..paisajes naturales excepcionales de los tantos que nos ofrece Cantabria.
Al ir con tiempo, aparcamos en el restaurante, reservamos la mesa y nos dimos un paseo andando hasta el vecino Comillas. El día era soleado, y a través del Palacio de Sobrellano llegamos hasta la plaza del pueblo y vuelta a Rubárcena. ¡Ahora sí que hemos hecho apetito!

El local, muy limpio y bien acondicionado, dispone de un buen comedor interior, pero como hacia buen día, preferimos comer en una terraza que tienen al frente, cerrada con grandes puertas de cristal correderas. Sencillo pero agradable en un día como el que teníamos.

Nos trajeron la carta pero la vimos solo por encima. Íbamos a tiro hecho. No obstante, no llamó la atención los dos menús que ofertaban, uno con la caballa como centro y un precio de 15 €, y otro de asado con un precio de 50 € para dos personas. Habrá que probarlos en una próxima visita.

Como he comentado, queríamos Carne, y aquí hay una buena parrilla, así que pedimos de primero unos criollos, bien hechos, buen sabor y cantidad, y una ensalada de queso de cabra, con una vista estupenda y realmente bien elaborada. 

De segundo Chuletón para los dos, sabroso y en su punto, no fallo. Para beber y como había que seguir luego camino, tomamos cerveza.

De postre, probamos de las dos tartas caseras que nos ofrecieron (queso y chocolate) y que tienen gran éxito entre la clientela. No defraudaron.

Al final, unos cafés en la terraza aprovechando el sol de este domingo de fines de marzo. Quedamos contentos y satisfechos, por lo que seguro que repetiremos.