Hemos Comido…en Pontejos, en La Tijeruca, un lugar en el que había parado en un par de ocasones a tomar café y siempre me llamó la atención lo lleno que estaba el comedor.
Agosto 2016. Me acerqué a comer entre semana y muy temprano, por lo que me encontré con dos mesas con comensales, más madrugadores que yo, cuando me fuy el panorama estaba cambiando, ya se encontraba prácticamente lleno el comedor.
El restaurante es un claro ejemplo de cocina tradicional y sencilla con una buena elaboración. Guisos básicos de calidad y una buena mano de por medio, una cocina para todos los días.
Y por fin me encuentro un lugar donde hay La Casera, nuestra gaseosa patria, sustituida en la mayoría de los lugares por otras gaseosas de inciertos orígenes. La Casera es una marca de refrescos española fundada en 1949 y perteneció a la familia Duffo hasta 1996. En la actualidad es propiedad de la empresa Orangina Schweppes, que a su vez es, desde 2009, propiedad del grupo japonés Suntory.
Si quereis conocer la historia de esta marca tan nuestra, aunque ahora pertenezca a un grupo internacional, lo encontrareis aquí.
Pan contundente de torta, pan de verdad, a unos nos gustará más y a otros menos, pero esta es una de las realidades del pan artesano.
Y como os decía al principio, elaboraciones sencillas, arroz con costilla adobada. Una comida muy simple pero sabrosa, una elaboración que se acompaña de vegetales como fondo del sofrito de la paella y donde prima la buena mano en la elaboración. Arroz suelto y buen sabor, viva la simplicidad.
Algo que me enseñaron en casa de mi abuela materna, solo se necesita un buen ingrediente que no ha de ser caro. Este es un buen ejemplo y como este hay cientos en la gastronomía tradicional de nuestro país, el siguiente plato es otro claro ejemplo.
De segundo asadurilla. Una elaboración que vuelve con fuerza al panorama gastronómico actual, escondida en la rebotica de los restaurante durante mucho tiempo y que comienza a volver con la moda actual de revitalizar la casquería, algo olvidado durante muchoi tiempo y unas elaboraciones que a mí me gustan a más no poder.
Y en este segundo plato me encontré con la elaboración más clásica del mondongo que conozco, como siempre me ha gustado, picada pequeña con un pequeño toque picante y de gran sabor, acompañada de unas patatas artesnas.
Para terminar una mouse de yogourt. Muy buena y bien batida, vaporosa.
En fin, un sitio que bebe de las fuentes de la gastronomía española de Toda La Vida. Salí encantado.
No servían cafés a no ser en la barra, donde también te cobran lo que tengas del comedor. Un precio muy ajustado, con café 10€ y por lo que vi a dos que comieron al lado, comida con café y chupìto 10,50€.
Urbanización de la Bahía de Pedreña 39719 Pontejos 942503836
Por El Mule