Hemos Comido ... en Horcher que es hablar de palabras mayores, siempre había oído hablar de este grande de las cocinas madrileñas, y de su perdiz prensada, pues esta vez cuadró, y allí nos plantamos. Con una trayectoria de más de cien años en ciudades europeas como Berlín, Viena, Oslo, Riga o Tallin, el restaurante Horcher se inaguró en Madrid en 1943. Actualmente está capitaneado, en los fogones, por Gustav Horcher, nieto del antiguo fundador del primer restaurante Horcher en la calle Martin Lutherstrasse de Berlín.Por todos ellos han pasado personajes como príncipes, presidentes del gobierno, financieros, premios Nobel, toreros, coristas, espías...
Una cocina de origen germano y tradicional, en el más amplio de los sentidos de la palabra. Su decoracion es muy clasica con cierto aire retro. Entre sus especialidades puedes encontrar, ragout de corzo, perdiz a la prensa, brocheta de vieras y carabineros, ragout de bogavante al chartreuse con trufas, el bumkuchen, pastel de árbol, servido con nata, helado y chocolate caliente.
Nosotros comimos parfait de higadillos de ave a la pimienta verde, muy pero que muy delicioso y carpaccio de venado compartido este segundo también muy bueno, no de los mejores que he probado pero sí muy bueno. Yo de segundo pedí la perdiz a la prensa, me decepcionó, quizás por que venía con una idea preconcebida y si a eso le añades que los pajarracos no me entusiasman. De segundo mi acompañante pidió ragout de bogavante con trufas, a este le encantó el plato y yo probé un poco y puedo decir que era magnífico. Yo me quedé con ganas de pedir el goulash, pero igual era un poco de jeta pedir de postre un tercer plato, bueno, ya volveré. De postro yo comí bumkuchen, más que nada por lo que había oído de él me gustó mucho, pero me resultó un poco pesado, estaba muy bueno. Mi acompañante pidóo plinsses polacos, parece ser que le gustaron mucho. Como había confianza tuve la indiscrección de preguntarle por el precio y la verdad es que la receta fue de susto. En resumen, el sitio muy bien, en servicio muy profesional con ese encare que suelen tener en los sitios clásicos de pasotismo. Inconvenientes caballeros corbata, por lo demás esperando otra ocasión para probar el goulash.
EL MUNDO
El venerable Horcher sigue ofreciendo "recitales", con algunos platos que datan del año 1943, en que se fundó la casa. Entre los mejores destacan la liebre, la becada, las codornices asadas o las hamburguesas de carne de solomillo y ternera picada a cuchillo, patatas salteadas y cebolla, o de pez espada y rape. En Horcher siguen usando, como en 1943, la prensa con la que preparan perdiz, becada o rable de liebre a la prensa y consomé, onerosamente fortalecido con todo el jugo de un solomillo. Ambiente monumental y decoración agradable y elegante para un restaurante con vistas al Retiro. Reserva de mesa imprescindible. Es necesario acudir con chaqueta y corbata. Está permitido fumar.
El restaurante recomienda: Caza en temporada. Lomo de ciervo preseado con romero, tartar de rape y gambas con huevas de salmón y baunkuchen con chocolate caliente y helado.
No he podido resistirme a incorporar este post recogido a raiz de la entrega de la guia michelin 2009, y que aprece en Salsa de chiles con el que coincido plenamente.
Comentario de: Txemito [Visitante] Miércoles, 19/11/2008 - 20:24
Como me olía algún atropello semejante a lo ocurrido y en respuesta a la palabra mágica ?Becada? que el otro día escribió algún bloguero, hoy con paso firme, he decido resarcir mis penas llevando mi humilde cuerpo a esa fabulosa ?casa de comidas? llamada Horcher y donde he disfrutado de lo lindo de la antigua comida ?tecnoemocional? donde la becada es becada y la perdiz es perdiz. Además he disfrutado con los mejores hongos que he tomado en esta temporada, ?aliñados?con una maravillosa crema. El otro entrante fue un impecable carpaccio de venado con granos de mostaza e higo picante, esto ultimo ciertamente tecnoemocional. Finalmente en los postres degustamos esa increíble ?Baumkuchen? y un Strudel a la Vienesa.
El local, impecable, con las mesas ?sabiamente cercanas?. La vajilla y menaje magníficos, la cristalería aunque con el detalle del serigrafiado personal un pelin pequeña, la mantelería adecuada.
El servicio magnifico, de primerísimo nivel, a lo mejor agobia en un momento dado el numerosísimo personal que se junta en la sala, recuerda a las Ramblas de Barcelona en hora punta, pero es realmente espectacular el virtuosismo del personal para esquivarse los unos a los otros y sin embargo no tener la sensación de que te estén vigilando todo el rato con el rabillo del ojo. Amabilidad y educación a raudales, con ese saber estar tanto con la ?castafiore? como con el becario, que tanto se hecha en falta en innumerables ocasiones.
Aforo hasta la bandera.
Precio 294,57 ? dos personas (tips not included). (servicio, aperitivos, vino y café incluidos)
El único ?fallo? y tiene verdadera gracia que sea yo el que lo diga es que la palabra ?Monges? del vino esta mal escrito, tanto en las cartas de vinos como en la factura, con una divertidísima ?j?, pero bien pensado es que hace mas de 100 años cuando abrieron este restaurante no existía el código ASCII, y no venían los inspectores de la Michelin y claro?..
Pues eso mi total y absoluta enhorabuena a D. Carlos Horcher, Jose Antonio Garcia, y el resto de equipo, si por mi fuera, yo les otorgaría toda una galaxia de estrellas, al igual que a mi menospreciado Zuberoa de Hilario Arbelaitz y demás familia.
Definitivamente me paso a Bridgestone.
Calle Alfonso XII 6 Madrid 28014 915220731