No sé hace cuántos años que conozco el Gelín. Mi tía Merche y sus amigas tenían la tradición de bajar a cenar al Gelín después de una de las tardes de toros de la Feria del Norte.

Muchas veces me acerqué a tomar las cigalas que aquí preparaban hace más de treinta años. Tenía dos sitios favoritos para tomar marisco: el Autol en Maliaño (ya cerrado) y el Gelín en Montaña. Otra cosa que siempre me llamó la atención era encontrarme en la plaza del pescado a Gelín padre buscando material para el restaurante.

Gelin

Hoy me acerqué a Montaña y no había sitio en el comedor, así que me senté en el bar. Gelin hijo, conocedor de mis gustos vinícolas de los cuales coincidimos mucho, enseguida me sirvió una copa de Rimarts 24, ya que así tenía excusa para terminarse la botella entre él y su padre a la hora de la comida, ambos son unos entusiastas del cava.Gelin

Para llevar mejor la espera me sirvieron un caldo, que entró a las mil maravillas, muy rico y justamente caliente.

Gelin

Para empezar, un tomate feo de Tudela enterito. Aliñado con un vinagre especialísimo, un vinagre con un dulzor que lo hace una rareza en su particular mundo, El Secreto de Floren Domezaín. Por cierto, los vinagres no son muy amigos de los vinos, pero este cava lo soporta como nadie. El tomate se me hizo muy similar al de Cantabria, muy bueno.Gelin

Gelin

Continué con media ración de un tradicional de la cocina santanderina: mejillones en salsa. Una elaboración muy típica del entorno de la bahía, y aunque todas parezcan similares a la vista no suelen compartir sabor; en cada casa hay una receta, que comparte una gran parte de ingredientes, pero el resultado siempre es diferente. Muy recomendables y con una salsa estupenda para untar.

Gelin

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Asadurilla de lechazo de toma pan y moja, y nunca mejor dicho ya que la tónica general fue el unte al final de todas las elaboraciones

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Cuando estaba terminando me pasaron por delante de mis narices unos caracoles recién hechos, recién inaugurada la temporada, aún no había tenido el gusto este año. Muy buenos y estaba claro que iba a seguir untando pan, esa salsa no se podía quedar en el plato, sería un pecado.

Gelin

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Por El Mule

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