Hemos Comido…en Ruiloba en El Remedio, un lugar con unas vista únicas y unos atardeceres de película, pero lo que realmente marca la diferencia son sus elaboraciones.
Abril 2017. Samuel Fernández Pérez (chef y propietario) cursó los estudios de cocina en Asturias y empezó a trabajar con grandes cocineros y pasteleros asturianos como Pedro Martino y Miguel Sierra.
En al País Vasco empezó una etapa de formación con Martín Berasategui. Joseba Lezama (jefe de cocina de Martín) le animó a marchar a Italia al restaurante «Uliassi» en Senigallia donde Samuel tuvo su primer contacto con la cocina italiana, de allí se fue al restaurante de Adriano Baldasarre «Il Tordo Matto» llevando las riendas de la cocina junto al chef de lazio.
Tras esta primera etapa en Italia, pudo trabajar por primera vez en Cantabria junto a Jesús Sánchez en «Cenador de Amós». Tras este período a Samuel le ofrecieron dirigir la cocina del «Circeo Park Hotel» y del restaurante «La Stiva» en San Felice Circeo, oportunidad que no rechazó. Posteriormente tuvo la suerte de trabajar en el restaurante «Il Pagliaccio» en Roma bajo las órdenes de Anthony Genovese. Terminó su paso por la capital trabajando en «Inopia Roma». En julio del 2011 Samuel abrió el restaurante El Remedio.
Samuel define su cocina como saludable, basada en el producto y en el respeto del mismo, empleando las técnicas adquiridas junto a sus maestros quienes para él son los mejores, teniendo como fin la búsqueda de sabores nítidos y contundentes.
Comencé con un vino muy particular, un soprendente vino rosado de Castilla y León que la bodega Soto y Manrique elabora como un Blanc de Noirs. Sugerente, delicado. El vino rosado sorprende y mucho. Un vino amable, diferente. Su paso fácil, seco y sabroso lo hace ideal para aperitivos y comienzos de comida.
Mientras esperaba la comida y para hacer esta espera más llevadera, unos aceites con lascas de sal. Me encantó sobre todo el Arbosana de la Boella, un aceite de perfil complejo característico de la variedad. Frutado de oliva verde identificable en nariz y boca, con gran diversidad de aromas vegetales secundarios, sobre todo a hierba verde. Presenta recuerdos a almendra verde , tomate verde, hinojo alcachofa y menta. En su conjunto resulta un aceite muy equilibrado y armónico con unos marcados toques a fruta verde.
Un Pago Baldios San Carlos de Arbequina, es un aceite de oliva virgen extra con excelente sabor y cuyas características lo hacen destacar por encima de muchos otros aceites de la misma variedad. Pagos Baldíos es un aceite dorado y brillante que se distingue por la gran fruticultura de sus aceitunas frescas, verdes y aromáticas, con notas que recuerdan a manzana verde, hierba fresca y inconfundible toque de plátano. El paladar es muy dulce, no amargo y ligeramente picante, con un largo post-gusto de almendra.
Empezamos con sutileza pero con sabor, gamba y guisante lágrima de la huerta del padre, a cucharadas sutil suave y sabroso sin ser breve, perfecto.
Ensalada de bocarte. Con un marinado justo, aceituna negra imponiendo su ser el limón de Ruiloba que aporta ese cítrico sutil y la espuma ayuda a marcar el tono ácido. El hinojo fresco aporta un sabor similar y textura como la de un nabo. Un plato inteligente y diferente, el aceite amalgama el conjunto y aporta un sabor homogéneo, Genial
Raviolis con ahumado de Potes. Pasta fusión, tomate de la tierra, pasta fresca y queso Del Valle de Liébana ahumado. El tomate enterito, sin pasar, con pequeños trozos de cebolla, llamémosle el ravioli fusión. Por cierto, el tomate o más bien la salsa de tomate de otra galaxia.
Aquí cambié a cava, un Parxet Brut, un vino espumoso con DO Cava con pansa blanca, macabeo, viura y parellada. Equilibrado y fresco, con un carbónico muy bien integrado.
Los pescados saltan de la mar al plato. Lombarda, patatas, lágrimas más crecidas, un cabracho rico rico y un aceite diferente para cada plato; me quito el sombrero. Cabracho a caballo entre pescado y marisco, para mi este pescado es religión, también he de decir que debido a la frescura es difícil saber si es pez o pescado.
Rabo de toro. Una elegía a caballo entre la croqueta y el rabo, con una salsa barbacoa única. Aquí todo es único, diferente, no te fíes del aspecto.
Para finalizar, capuchino. Lujuria en la taza, leche de una ganadería cercana reducida con azucar y luego convertida en helado, con espuma de chocolate, y pan frito con matequilla y azucar.
¿Cómo es que no ha pasado al cielo de los estrellados? Quizá es que no lo conocen, mejor que no se corra la voz.
En El Remedio se elabora un orujo al limón de Ruiloba, un agurdiente con un exclusivo sabor. El propio Samuel elabora el Limón de Ruiloba, un licor artesanal al que los limones de la zona le dan su singular aroma.
Para finalizar la nota, con una relación calidad precio increible, el servico no puede ser mejor, deseando volver y probar otras elaboraciones.
Por El Mule