El sábado día 16 nos dejamos caer por el Hostel & Co a probar las nuevas jornadas de bacalao.

Abrimos boca con un tomate rondeño, bastante bueno y una cecina leonesa que ya conocemos de otras ocasiones.

Potaje de vigilia de mírame y no te menees, una elaboración clásica de estas fechas pensado para los viernes de cuaresma que aúna la potencia de un potaje y su legumbre con el frescor de la espinaca y la proteína y el sabor del bacalao, garbanzo pedrosillano del que a mí me gusta, un caldo fruto de la lenta cocción que enamora, cocina de siempre cocina con historia un potaje de pescado de interior que no deja indiferente.

Dentro de los segundos yo tomé bacalao con tomate, una buena tajada de bacalao con un tomate artesano sin azúcares añadidos, perfecto esta salsa es más un puré de tomate que la clásica tamizada hasta perder su verdadero origen, una buena tajada y un punto perfecto para mi gusto.

El otro comensal tomó bacalao Club Ranero, con una salsa de textura similar a un pisto y el pilpil del propio bacalao, una delicia según su criterio.

No hubo sitio para el postre.  Por cierto, el bacalao es de la Plaza de la Esperanza Bacalao del Rey.

Por El Mule

 

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