Hemos Comido…en Grand Cru, una asignatura pendiente desde hace mucho tiempo, aprovechando las jornadas de las setas me acerqué.
Noviembre 2014. Vi el anuncio en prensa y me acerqué, nada más entrar me encontré con algún que otro conocido que había decidido pasarse a probar este menú que prometia a muy buen precio.
El restaurante tiene una trayectora cercana a los dos años, quién lo diría, parece que lo inauguraron ayer pero la realidad es que ya han pasado casi dos años.
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Rodrigo Vallejo ha conseguido hacer que se hable de la cocina de este establecimiento sito en centro de Santander. Un buen menú del día, tapas elaboradas al momento, una selecta y larga carta de vinos.
Una ocasión que no podía dejar pasar, con estas jornadas micológicas organizadas en colaboración con la bodega Enate, un menú degustación de 29,5 euros. Hasta el 30 de noviembre se pudó disfrutar de este menú micológico, compuesto por un menú degustación de cinco platos.
El menú comienza con un aperitivo, un mollete de pan, tipo Antequera, que va relleno con un tartar de setas al que no le falta el toque de los berros y de mostaza, sabroso comienzo.
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El pan de olivas Triticum, el agua y el vino están incluidos en el menú. El maridaje, perfecto con un Enate Reserva o con un Enate Chardonnay 234 de 2013 blanco, la bodega colabora con estas jornadas. Yo comí con Enate Chardonnay 234. Un vino de color amarillo pálido con un intenso aroma varietal de manzana verde, melocotón madura, sobre un suave fondo mineral. Paladar fresco gracias a su acidez sostenida, un buen acompañante para esta comida.
Puerros asados a la sal. Se presentan con una salsa tomillo y con un carpaccio de setas boletus, lengua de vaca, níscalo, cantarelus y trufa en ensalada. Una elaboración compleja y de elevado nivel, una manera de disfrutar las setas muy poco elaboradas saboreando todos sus matices. Por cierto, el puerro estaba sublime.
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El segundo plato eran una fabes con hongos y un toque de azafrán. Resultó que para ese día se les había terminado el guiso y mientras lo reponían lo cambiaron por una arroz con setas. Un arroz meloso y bien cargado de setas, pero flojo para mi gusto, me decepcionó. Venía acompañado de un toque de trufa negra y chirivia (la chirivía, es una raíz que se emplea como hortaliza, muy relacionada con la zanahoria, aunque más pálida y con más sabor que ésta).
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El plato final de carne es un faisán relleno de setas, mollejas y espinacas, adornada con una salsa de remolacha y con una guarnición de pera en vainilla que aporta un sabroso contraste al plato. En cuanto te acercan el plato inunda el ambiente un persistente y rico olor a vainilla, el marcado sabor a clorofila de la espinacas marca el entorno rodeadas de unas mollejas muy jugosas y un faisán con su característica textura tirando a seca. Ración buenísima.
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En resumen, un menú otoñal buenísimo, con gran maestría en la cocina y unas elaboraciones distintas a lo que solemos encontrar habitualmente en el mundo de las setas. Merece la pena.
