Casa Terio en Llerana, un bar-restaurante conocido desde hace muchos años por locales y visitantes.
Es famoso por tres elaboraciones (que no siempre hay): alubias, callos y cabrito.
Habitualmente suele haber cocido montañés, pero hoy la que marcaba el inicio era la alubia roja con chorizo. Un espécimen local de calidad y un guiso que no falla, como el trozo de chorizo que acompaña a la ración siempre generosa, da para algo más que un par de platos hondos bien llenos. Guiso cuasi meloso y sabroso.
En los primeros también destacaba una carne con patatas, segunda opción de un menú del día y que a primera vista seducía, pero no la caté.
Hoy no había los esperados y habituales callos, pero es lo que ocurre cuando te presentas sin más.
A todo esto, rapapolvo nada más entrar de nuestro anfitrión (Chuchi) por no pasar a hacerle una visita desde hace mucho tiempo.
De segundo estaba claro, el guiso que da fama a la casa, el cabrito. Objeto de devoción en la zona pasiega, donde eliges el acompañamiento, patatas fritas o ensalada. Estaba claro que iba a tomar partido por las patatas, de esa rara clase que se pelan, se cortan y se fríen en el momento; la espera es mayor si eliges este acompañamiento, pero merece la pena. El cabrito estaba tan bueno como siempre, no falla y la ración es generosa. Eso sí, no te acerques pensando que vas a tener cabrito de segundo si no lo encargas con antelación, hoy tuve la suerte de que había una mesa grande que lo había encargado y algo había para mí.
Buen precio y buenos guisos.