Hemos Comido…en Casa Cirana en la calle Bonifaz, un fenomeno.
Hay situaciones que no logro explicarme, una de ellas es que me encuentre la mayoría de la oferta gastronómica de Santander a reventar y que uno de los restaurantes más punteros, con una oferta extraordinaria y un RCP como pocos tenga el aforo a medio gas. Mi pregunta es: ¿lo conoce la gente? o ¿es que el público en general busca una oferta menos gastro y más postural? Porque aquí el problema no es la cuestión económica, ya que la oferta está increíblemente ajustada. Esta no es una reflexión exclusivamente mía, lo he compartido con más amigos y apasionados de la buena mesa y tampoco se explican esta situación, aunque confían en que sea transitoria y que en cuanto se conozca pasará a formar parte del nivel que merece.
Esta ha sido mi quinta o sexta vez, hasta ahora había repetido de su menú degustación con un precio de 40€, pero hoy decidí pecar más a fondo y disfrutar de la carta, no muy extensa pero muy estudiada. Paso a describíros lo que tomé.
Machote salvaje en salazón, encurtidos, escabeche de citronela. Real sabor y aroma a pescado por encima de todo y toques sutiles del marinado, citronela, que no enmascaran el pescado, es algo que no había probado antes y que magnifica el sabor, el corte en filete de buen grosor acrecienta la textura en boca.
Angulas de monte con papada y salsa de manitas. Aquí perdemos las clásicas elaboraciones de este tipo de setas y el cocinero sigue en la línea de alterar lo mínimo el centro de la elaboración, la angula pierde su característica leñosidad en favor de una textura más tierna, la papada se integra aportando el sabor justo al entorno fundiéndose en la boca con todo el conjunto.
La lengua, otro gran acierto del cocinero, finamente cortada como si de un carpacho se tratara y cierto toque picante.
Para terminar costilla de tudanca, porque sí, la cocina que aquí se elabora se basa en cercanía y temporada. La costilla se funde en una salsa de las brutales (en el mejor sentido): de carne, con un brillo cegador y un sabor potente como pocos. Todo lo que te sirvan se te va a hacer poco y terminas untando, si te queda pan, hasta que no quede rastro de la salsa en el plato.
De postre Chocolate.
Por El Mule