Hemos Comido…en La Pinta, la primera vez desde que cambio la dirección del local, ahora a cargo de Javier Güemes y Alexia Ruiz.
Agosto 2013. La gerencia cambió en 2011, pero hasta dos años después no logré encontrar un hueco para pasar por este famoso y tradicional local de Ampuero, famoso por las angulas. Un hueco a la carrera, tras un viaje de trabajo parando a comer
“Los toros y Ampuero, dos términos que van intensamente unidos y que se definen el uno al otro”. De La obra Ampuero Raices Festivas extraemos que la historia de correr toros en este pueblo está documentada a comienzos del siglo XVI, lo que también se hacía en Las “Cuatro Villas del Mar” (Castro Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera). Por el catastro del Marqués de la Ensenada (años 1750/1754), vemos la referencia a los toros de lidia de la tierra, que nosotros conocemos como “monchinos”, criados en los montes de El Rayo, Las Nieves, Remendón y Trucíos, que se corrían en Ampuero y en otros muchos festejos en las villas y pueblos vecinos como Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Rasines, Valle de Villaverde (cinco plazas de toros, una en cada barrio), Carranza (tres plazas de toros en otros tantos barrios), Trucíos (tres plazas de toros en tres barrios), Guriezo y alguno más que los celebraban en plazas hechas con carros y talanqueras.
Cuando atravesé el pueblo en dirección a La Pinta pude comprobar que ya se estaban preparando los cercanos encierros y se anunciaban las fiestas
El ayuntamiento de Ampuero ostenta en su escudo de armas la carabela «La Pinta» navegando en ondas azul y plata. Tal distintivo se debe a que «La Pinta» fue propiedad de un vecino de Ampuero llamado Gómez de Rascón, quien no sólo cedería su nave sino que también embarcó con Colón rumbo al Nuevo Mundo. Es conocido que otros marinos cántabros formaron parte de la expedición del Descubrimiento, entre ellos ocupó el lugar más destacado Juan de la Cosa, el gran cartógrafo oriundo de Santoña y propietario de la nave capitana «La Santa María».
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El local ha sufrido un gran lavado de cara que se nota aún pasados dos años de este. Pudimos comprobar una gran afluencia de gente en la barra y en la terraza, el comedor bastante concurrido por personal de la construcción habitual, lo que nos puso en antecedentes de un casi seguro contundente menú, el menú variado con al menos cinco primeros y otros tantos segundos.
De entre los primero elegí unas alubias con almejas. Una alubia blanca muy bien hecha y con excelente sabor, servida a la cántabra, puchero en la mesa y con un excelente fondo de verduras. La alubia blanca que suele se harinosa en esta caso no lo estaba y el caldo como el sabor de la alubia influenciado por una buena almeja, un buen y generoso primer plato.
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De segundo un guiso de ternera acompañado de pimientos y cebolla con una buena salsa. El típico guiso casero de falda que si está bien hecho siempre esta bueno y este en concreto lo estaba. La ración de igual manera que el primer plato, generosa. Le acompañaban unas patatas naturales pero no muy bien fritas, aunque estaban decentes, en general un buen plato de carne guisada.
De postre una cuajada, bien sin más.
En resumen, un menú equilibrado tanto en precio como en cantidad y calidad, unas buenas instalaciones y un servicio atento, un lugar recomendable. Hay que volver a algunas de las jornadas que suelen hacer. Y por supuesto a las fiestas a probar las famosas guindas de Ampuero.
El Comercio 31 39840 Ampuero 942622335