Hemos Comido ... en otro de los top de Madrid situado en las inmediaciones del Retiro, regentado por Abraham García. En esta ocasión éramos cuatro comensales.
En cuanto a la decoración, es agradable, en color rosa. El local está repleto de fotografías de la pelicula de Buñuel de la que toma el nombre. El servicio es esmerado, profesional, de trato excelente.
Compartimos de entrantes el Foie de Pato y los Huevos de Corral, excelente cualquiera de los dos de segundo yo tomé Tuétanos de Ternera, me sorprendió gratamente y me gustó, dispuesto a repetir. Los otros optaron por lomo de bonito, merluza al gusto y carabineros a la parrilla con papada, todos alabaron la exquisitez de los platos y su esmerada preparación. Es un sitio al que es obligatorio volver, hay que llevar a la parienta pues le va a gustar un montón, el precio es razonable dentro de lo caro pero yo creo que en la relacion calidad precio es el mejor de Madrid.
La sorpresa forma parte de la gastronomía de Abraham, nunca sabes con qué te vas a encontrar… Aunque hay platos habituales de la carta, lo mejor es dejarse llevar por las indicaciones del chef que, además de ofrecerte lo último, te deleitará con su profundo conocimiento de todo tipo de productos y preparaciones internacionales, aunque hay que reconocer que no siempre esta de buen humor -ese día le pillamos feliz porque su caballo “14de abril”, empezaba a competir unos días después. Al entrar, lo primero un cóctel para ir pensando qué tomar después, un Bellini delicioso y nada cargado era el del día, después una tabla (casi de pintor) con tres cremas: salmorejo de fresón con ahumado -espectácular y muy renombrado-, lentejas con curry y crema de alcachofas con pistachos: todo ello emocionante y delicioso. A continuación, otra gran experiencia: las croquetas con leche de oveja y empanadas con quinoa (en este punto ya te rindes a sus pies). Nos acompañaba un Chardonnay Gonal Heights 2006, un vino israelí fantástico, después llego el foie -también espectacular- y con él un Chateau Villa Franche 2005, también una ensalada de tomate ralf con corazones de alcachofa, queso mozzarella y anchoa, y una verdura que en Santo Domingo se llama “Molondrón” y que aquí se llama “Ocra”, crujiente y de intenso sabor. Posteriormente, y no sin haber tomado antes un excepcional brick de morcilla con manzana reineta acompañado de salsa de pimientos verdes y vermut de Roselló Noilly Prat, completamos esta etapa con unos huevos con crema de boletus edulis y trufa: tan buenos, que todo por separado ya era un espectáculo.
Observaciones:
El pan se hace dos veces al día en el restaurante y es riquísimo el de tomate o el de chocolate: espectaculares. Para los vinos es mejor dejarse aconsejar según los platos.