Con el paso de los años vamos encontrando sentido y disfrute a las cosas sencillas, pero no menos extraordinarias.
Hace ya algún tiempo, tuve la ocasión de hospedarme en el Parador Nacional de San Esteban de Riba de Sil, en pleno corazón de la Ribeira Sacra. Una auténtica maravilla de sitio en plena naturaleza.
Recuerdo la habitación, la chimenea encendida, el rincón del sofá y la botella de vino que bebí en ese marco incomparable. Era un tinto Regina Viarum de allí mismo.
Algunas veces he notado esa sensación de lo pequeños que somos los humanos ante la naturaleza abrumadora, sobrecogedora quizás. Este es el caso; piedra, arte, naturaleza abrupta y dureza de sus gentes. Todo lo que te rodea invita a la reflexión, al reposo y disfrute.
El otro día, un amigo famoso, tal es el caso de Luis Paadín, me regaló una botella de este paisaje, gracias a la inestimable colaboración de Galicia Calidade. Sí, he dicho bien, una botella de este paisaje.
En el bolsillo, unos llevan las llaves, otros la documentación; yo llevo un sacacorchos. Por lo que pueda pasar. Pues eso es lo que pasó; llegar la botella y coger el sacacorchos, siguiendo un ritual exacto, medido en tiempo y forma. Abres la botella despacito, recordando de dónde viene y lo que significa. Salivas. ¡Cómo es la memoria!; estaba reviviendo hasta la chimenea del Parador.
No somos conscientes de la importancia que tiene el terreno en el vino. No solo el suelo, también el clima, la variedad de uva adaptada a ese espacio, sus gentes… Queremos que un vino nos diga de dónde es; que nos traslade allí, que nos cuente historias vividas o por vivir.
Este es el caso de Regina Viarum; un tinto elaborado con Mencía en la Ribeira Sacra. De color cereza picota con reflejos violáceos. Con aromas a Galicia, a cereza madura, a ciruela. En boca es sedoso y fresco, elegante y equilibrado.
De nuevo en Galicia, con su “viticultura heroica”, calentando el espíritu con la lumbre y rodeado de esculturas románicas, de granito y pizarras. Un clima mediterráneo en medio de una Galicia atlántica. Un rio serpenteando en medio de unos cañones tallados por el tiempo y la sabiduría de la naturaleza.
Como el vino. Tiempo y sabiduría para hacer que una simple botella te traslade a esa tierra maravillosa, acogedora y universal.
Tinto Mencía REGINA VIARUM 2019.
Bodegas REGINA VIARUM.
Mi agradecimiento por este viaje en la memoria a Galicia Calidade por su esfuerzo y a Luis y Alejandro Paadín por su buen hacer y contar conmigo para disfrutar.
Alfonso Fraile
Presidente Sumilleres de Cantabria Asociación Cultural