Después de sucesivos intentos de encontrar algo de marisco del que nos trae Jacinto de Cadiz, coincidí con otras dos personas que andaban en la misma sintonía que yo.
Lo suele traer en jueves y lo más habitual es que no llegue al viernes. Esta visita fue en jueves, nada más llegar la «carga», y a eso de las cuatro de la tarde ya era difícil encontrar de todo; de hecho, Isabel y Asier, que se encontraban en los expositores de la Feria del Vino de Cantabria, no tuvieron problema, pero yo ya encontré escasos restos y tuve que contentarme con dos alistados.
Los alistados vinieron acompañados de una copa de champagne, que así se hace más llevadero el ansia, o sinciu que dirían por la zona pasiega.
Por cierto, por muy bueno que sea el género, si no está bien cocido la has… (lo que rima), pero aquí la cocción es perfecta y conserva un resquicio de calor, como a mí me gusta.
De una vista anterior que coincidó con la descarga del marisco os puedo dejar instantáneas del momento, que habitualmente son eso, instantaneas, al poco, traspasando la hora de la comida pasarían a ser desérticas ya que no queda prácticamente nada.
El carabinero, por cierto uno de mis mariscos favoritos, resulta colorido y terso, es un crustaceo de gran tamaño y llamativo color rojo. Desde no hace mucho va aumentando adeptos por su pronunciado sabor a mar y el toque característico que da a las preparaciones que lo utilizan. Es muy típico el arroz con carabineros, aunque como más se aprecia su sabor es a la plancha. Antiguamente el carabinero no contaba con un especial interés culinario, se capturaba de forma accidental al pescar otras especies, por lo que su precio era muy accesible.
La gamba roja, también llamada alistado o rayado, está emparentada con el camarón y el langostino, aunque suele ser más pequeña en tamaño que este último, y su cuerpo es más ancho y sus patas son más largas.
Y para terminar, la más conocida de las gambas, la gamba blanca. Claro que si se le llama blanca, esta es una de sus características. Pero no es blanco nuclear, el color de esta gamba es de un rosa claro, que recién capturada es casi transparente. Al estar cocinada, este color se convierte en blanco en todo su cuerpo mientras que su cáscara adquiere un tono rosita.
Ya sabeis, si quieres disfrutar de estos manjares, los jueves en el Cos a la hora de la comida.
Calderón de la Barca 15 39002 Santander, Cantabria