Hemos Comido..en el Ronquillo, los tres de casa, ya que faltaba uno por probarlo y tenía ganas por que nos había oido a los demás hablar maravillas sobre el sitio.
Julio 2018. Para mí David es el herededro de Galarreta (Mesón Río Asón), practica como él una cocina de temporada con grandes toques novedosos. Siempre está innovando, buscando nuevos sabores, nuevas texturas, pero tiene muy clara la base tradicional de su cocina, una cocina de temporada de la zona oriental de Cantabria. Lo mires por donde lo mires la visita es obligatoria.
Todo el mundo es bienvenido en el lugar con un entrante, en esta ocasión una crema de verduras y una gioza para mí, ya que mis dos acompañante son celiacas, lo cual no es ningún impedimento siempre que se avise. Añadido a esto, él hace algún pan y lo sirve a los comensales, hace una torta tipo castellana en aceite que es puro vicio, y todo lo que te sirvan resulta poco.
Comenzamos tomando una ensalada de queso y bacalao ahumado. Unos buenos tacos de queso del Valle y bacalao ahumado de gran calidad. El bacalao es uno de mis ahumados favoritos y no es fácil de encontrar. Un toque de color por parte de los vegetales. Buenísima y eso que no es algo que yo suelo pedir.
Compartimos también un salteado de setas. En este valle las setas son religión en todos los restaurantes y Ronquillo es uno de los que bordan estas elaboraciones, para mí no tienen precio las colmenillas rellenas de foie que tomo siempre que las tienen disponibles. Este salteado estaba realmente bueno.
A continuación un falso braseado de mollejas, que resultó ser la estrella del día. Sobre un puré de calabaza unas mollejas con un corte generoso y un sabor brutal, un manjar.
Uno de los comensales tomó unas pochas. La pocha guisada sin más, un puchero para elegir el tamaño de tu ración y una elaboración fina y sabrosa en la que tiene todo el protagonismo la verdura, ya que en su tierra originaria, Navarra, así lo consideran pues es una legumbre inmadura.
Los otros dos comensales compartimos una paletilla de lechazo a baja temperatura que resulto exquisita. La carne limpia de la paletilla y libre de grasa, jugosiadad absoluta y saborazo, todo un acierto.
Para terminar, un clásico de Cantabria, arroz con calamar. Habitualmente se suele hacer cada uno por su lado, pero David cambia la norma haciéndonos un arroz caldoso con el calamar y su tinta. Una ración que da de sobra para comer dos y que no pudimos terminar ya que lo anteriormente comido resultaba bastante y nos limitamos a tomar un buen plato de arroz como final; por supuesto renunciamos al postre.
Si la cocina es todo un aliciente en este lugar y el producto siempre es de la mayor calidad posible, el servico no les queda a la zaga, Ceci es un encanto en la sala y se rodea de personal de sus características. El RCP es de los mejores que conozco, lo tiene todo, así que no hay excusa para no venir, la única encontrar reserva.