Hemos Comido…en salvaje, nos tocaba juntarnos después del confinamiento y que mejor que dónde nuestro gran amigo Mois.
Éramos 6 y sencillamente queríamos disfrutar de una gran velada, sensacionalmente servida y mejor regada.
La amplitud de la carta y de las opciones nos dejó un poco fríos al inicio, pero nuestro gran amigo y maestro de ceremonias nos guió para degustar una magnífica cena.
Lo de regar, tenemos varios expertos y nos decantamos por un Magnum de Viña Alberdi crianza, nada más que decir sólo disfrutar y divagar acerca de la comanda, todo nos apetecía y todo nos entraba por la apetencia.
Nos decidimos por picar y compartir como si el covid 19 no supiéramos lo que era jejeje.
Empezamos por el humus de remolacha, algo fresco y diferente que todos disfrutamos y jamás antes habíamos degustado.
A continuación y con un ritmo vertiginoso pudimos pasar al mundo del boquerón, descubriendo una nueva resolución, salpicado con pesto, tomates cherry y un par de derrapes de quinchi, una delicia radical y absolutamente deliciosa.
Íbamos cuesta abajo y sin frenos, la segunda Magnum se acercaba y aterrizaba el tataki de atún, sencillo, fino y acompañado de una patata morada y una salsa tártara muy conseguida que hace un plato muy sabroso y gustoso de los parroquianos.
Aún seguíamos haciendo boca, de repente pudimos gozar un tartar de salmón y aguacate tan definido y destacado, que se ha hecho un debe de todos los fans y visitantes del Salvaje.
Podíamos haber pedido el postre pero necesitábamos un fin de fiesta, ya conocido y afamado como los huevos de Lucio, el sándwich de Pastrami, una delicia sabrosa y verdaderamente sencilla que une al paisano y al hipster, los 2 te van a dedicar una ovación cerrada como en el Teatro Real.
Todos nos resistimos al postre y el café, pero como siempre fuimos débiles y nos dejamos arrastrar, el brownie y la tarta de queso nos obligaron a enloquecer, luego los cafeteros se dejaron sorprender por la maravillosa mezcla arábiga.
Un lugar que necesitas visitar infinidad de veces, porque es tan variada, tan deliciosa y tan extensa su carta que siempre que te vas, estás deseando volver para probar todo aquello que no pudiste degustar.
Todos estos manjares fueron regados con 2 Magnum, 2 postres y 4 cafés, éstos últimos detallazo de la casa, salimos a 34€/cabeza, rcp que dicen los millenials, de coña, para todo lo demás Mastercard ?.
Volveremos pronto y quizás al brunch, para variar un poquito.