Hemos Comido…en Carrejo, en casa Segis, un lugar que vengo frecuentando desde muy joven aunque tuviera otra gerencia.
Comida en un día de sol precioso, aunque había terminado el verano, el calor apretaba, así que nos guarecimos a la sombra de la bolera, a la vera de los plátanos, una temperatura perfecta y una terraza privada como pocas.
Como hacemos habitualmente en este local, comenzamos en la barra disfrutando de un vermut o de un blanco de solera, y de su lomo de ibérico, un embutido que siempre triunfa, veteado, engrasado y de gran sabor.
Se nota la influencia de Gabi por los alrededores, la influencia y el buen hacer de sus premiados quesos, por supuesto que la quesería de la que hablo es Gomber.
Primera consulta, la pizarra, algo que siempre me atrae, quizás sea la primera señal del tipo de local en el que te encuentras, a mí me dicen mucho y me da una idea de lo que ofrecen como especialidades.
Empezamos con las primerras setas de este otoño, unos boletus con jamón. Sencillamente perfectos, seta, calor y jamón. Nos parecieron una delicia a los dos comensales, la seta en todo su esplendor, prácticamente viuda, de lo mejor que he probado últimamente en el mundo fungi.
Hay una ración que resulta de todas todas inexcusable, el torrezno de Carrejo. Ya he hablado en más de una ocasión de él, y seguía tal y como lo recordaba.
Del torrezno pasamos al meollo, un clásico de la gastronomía de la bahía de Santander, el arroz con almejas. Un arroz simple de contenido, pero no muy fácil de elaborar, pues o eliges bien las almejas o no sabe a nada. Este resultó de los emjores que conozco, después del que hacían en mi casa
Le acompañaban unas buenas almejas de Pedreña y es algo que se nota, no es tan vistoso como otro tipo de arroces pero se diferencia en el sabor que aporta el bivalvo
La ración para dos resulta generosa y tocamos a algo más de un par de platos bien cargados, el contenido en almeja también resulta generoso, pero a mí lo que me llama la atención es el sabor que toma el arroz.
De final unas tapitas de dulce, ya que no podíamos más e insistieron en que probáramos un poco de arroz con leche y tarta al horno, muy buenos.
El precio, como podeis comprobar, es de lo más contenido.