Hemos comido…en Parrilla Albarracín, en pleno centro de Zaragoza, un bullicioso lugar de carácter familiar.
El sitio estaba hasta la bandera y nos acercamos tarde, por lo que la comida se extendió bastante en este clásico de cocina aragonesa.
Empezamos con bacalao con dados de tomate, una muy grata sorpresa.
Torreznos. Brutales, una pasada de ricos, diferentes, yo los llamaría almitas. Algo de lo que pienso repetir si vuelvo. Crujientes, sabrosos, una delicia.
Alcachofas con jamón. Muy buenas también, aunque no soy muy amigo de calentar (y aún menos freir) el jamón, aquí sí que se integraba en el plato, muy buenas estas alcachofas.
Paletilla de ternasco. Buenísima, un asado de verdad, un ternasco de padre y señor mío, bien bien.
Entrcot. No estaba a la altura del resto, demasiado hecho. Era un buen corte y una carne de calidad, pero estaba pasado de cocción para mi gusto, al resto les pareció lo mismo.
Tres postres distintos y todos libres de gluten, como el resto de la comida.
Por el Mule