Hemos Comido…en Palacio de Gallego, De camino a Malaga pernoctamos en Baeza, nos quedamos en el casco histórico de la ciudad.
Noviembre 2017. Baeza, ciudad Parimonio de la Humanidad, pernoctamos en el hotel Puerta de la Luna, donde para llegar a él pensé que dejaba medio coche debido a la estrechez de la calzada. El hotel se encuentra en el casco histórico de la ciudad jienense de Baeza. Está ubicado en un antiguo palacio del siglo XVI y cuenta con tres edificios distribuidos alrededor de un precioso patio andaluz. Este encantador hotel es perfecto para amantes de la cultura y el arte ya que está situado en una preciosa zona renacentista.
Ya llebava referencia de este lugar, pero dio la casualidad que se veía desde la ventana de la habitación. Bajé del hotel, ya que habíamos llegado a primera hora de la tarde, todavia había gente comiendo y dejé hecha la reserva para la cena. El restaurante tenía un aspecto muy bueno, dispone de patio, donde en verano deben de dar altas horas de la madrugada a la fresca y un comedor muy acogedor, con una portalada de entrada impresionante.
Situado a escasos metros de la Santa Iglesia Catedral de Baeza, Palacio de Gallego es un edificio de finales del siglo XVI.
En el paraiso del aceite lo primero que encuentras es un AOVE de Jaén, por supuesto, y un pan de aspecto candeal, de miga muy compacta y corteza fina. AOVE variedad Frantoio, cosecha 2017/2018. Aceite de Oliva Virgen Extra. Cosecha temprana, extracción en frío, muy aromático, con un ligero amargo y un picante de guindilla en boca.
Tampoco sería de recibo el que de aperitivo no nos obsequiaran con unas aceitunas de la zona con el sabor característico de la oliva y su ligero toque amargo
Algo que me gusta cuando me desplazo es comprobar que a lo largo de España comer bien no es difícil y que habitualmente cuando la gastronomía se basa en el producto local siempre tiene mucho que decir. Los vinos de cercanía, los vegetales, las legumbres, las carnes, son el resultado de una especialicación a lo largo del tiempo y de una evolución para adptarse al entorno, que termina determinando lo más apto al lugar, y esta adaptación siempre trae peculiaruidades, precisamente estas peculiaridades son las que marcan la diferencia.
Por la tarde estuve tomando vinos por el centro de Baeza, pero no conseguí tomar ningún vino de alrededores y tenía bastante claro que los había, de hecho había visto alguna viña entre el bosque de olivos. Venía del mala uva a cenar, por este motivo, ya que incluso en una vinoteca del lugar no disponían de vino de Jaén, eso sí, de Riojas, Riberas y vinos de vistosas etiquetas estaban plagados. Mi último cartucho se encontraba en el restaurante y aquí sí que pude disfrutar de un vino tinto de Bodegas Campoameno, Indicación Geográfica Protegida Sierra del Sur de Jaén.
Un tinto Joven con envejecimiento de 3 meses en barrica nueva de roble americano elaborado con la variedad de uva Syrah. De color rojo picota con ribetes amoratados. Aromas de fruta bien madura y las notas balsámicas y florales. En boca se presenta cremoso, denso, con cuerpo, de taninos dulces y afrutados.
La carta centrada como anticipaba en producto de cercanía, también disponen de un menú AOVE, pero me resultaba un poco exagerado para una cena.
Comencé, pues solo lo tomé yo, con un salmorejo. Mi primer día en Andalucía y ya me tiro de cabeza hacia una de mis sopas frías favoritas, La verdad es que era más solido que el salmorejo, por lo que se me asemejaba más a una porra antequerana. El aceite que lo acompañaba era un picual delicioso, que aportaba el sabor amargo y aceitunado al salmorejo, buenísimo.
El salmorejo adiciona menos pan, lo que hace que sea una crema más ligera. En la porra se le añade mucho más pan y tiene una consistencia más densa. Me decía quien nos atendió que en Antequera saben que la porra está en su punto cuando ponen una cuchara de pie en el plato y esta se mantiene así. Esta no era así, pero era más densa que el salmorejo.
Mi acompañante tomó solomillo iberico con reducción de Pedro Ximenez y arándanos. Bien cargado de sal, la salsa tenía una textura muy reducida sin llegar a melosa. Delicioso según el comensal, yo lo probé y lo juzgo en igual medida, buenisimo. Los arándanos de la reducción no parecían tal, se asemejaban mucho a las uvas pasas. Muy recomendable.
Tomé de segundo un flamenquín, un clásico de la cocina andaluza, El flamenquín consiste en trozos de jamón serrano enrollados en lomo de cerdo, rebozado en pan rallado y posteriormente frito. Se puede acompañar de patatas y mahonesa o de una buena ensalada de tomate. Era una de las especialidades del lugar y como tal resultó un acierto, costó acabarle pues era de buen tamaño, resultó un a caballo entre flamenquín y cachopo.
La cena resultó todo un acierto, buen precio, buena atención, agradable charla con quien se encargaba de la sala, que tenía toda la pinta de dueño, muy versado en vinos de la tierra y en aceites. Resultó un defensor a ultranza de la cocina de cercanías; así como el sitio me sedujo en su totalidad, su discurso resultó de lo más ameno y didáctico, así da gusto.
También es cierto que era domingo noche y estábamos cenando solos. Un lugar muy recomendable.
Santa Catalina 5 23440 Baeza 667760184