Este vienes quedé con dos maulas en Maula, al final éramos tres maulas.
Más de uno me había recomendado su plato del día, algo que no sé si seguirá en práctica, pero que hoy en día tiene mucho tirón: un plato de algún guiso suculento, habitualmente contundente y servido con rapidez, pero los tres maulas habíamos quedado para darnos un homenaje.
Comenzamos con una ensaladilla de torreznos a la japonesa. Con mayonesa de wasabi, como todas las ensaladillas comparte cierta base, pero hay una diferencia sustancial con el resto de las habituales. Queda apuntada en mi libro de preferidas.
Continuamos con unos garbanzos con níscalos y compango. El compango está pasado por la brasa y tiene un punto diferencial, este sería una parte del menú del día y entraría dentro del concepto del guiso diario. Un sobresalienta a favor del cocinero, el guiso lo merece.
Mollete de rabo de toro y queso de cabra. Aquí hay un cierto exceso de queso para un rabo de muy alto copete, tapa demasiado al centro de la elaboración, algo menos de queso sería un acierto.
Costilla a baja temperatura sobre una cama de parmentier. Es algo que siempre me encanta, el maridaje parmentier-salsa delguiso, y aquí no iba a ser menos, la costilla se deshace en la boca y tiene un potente y rico sabor.
Terminamos lo salado con una quesadilla de marisco. Ligeramente picante, la puedes añadir pico de gallo y aguacate, pero realmente no lo necesita.
De postre dos torrijas y libni de maracuyá, un perfecto final.
Un sitio recomendable con muchas opciones no habituales en carta y donde puedes empezar el día desayunando y terminar a última hora del día con una suculenta cena.