Hemos Comido…en Las Carolinas, un habitual de nuestro bagaje gastronómico y uno de los preferidos de mi familia, con la que me acerqué a comer.
Febrero 2015. Un viernes de comida en Las Carolinas, cada cierto tiempo me acerco con la familia a tomar ese menú tan especial que cocinan en esta escuela de hostelería.
Hoy había novedades, pan Tríticum para celiacos. Cada vez son más las empresas alimentarias que brindan cosas ricas para aquellas personas que son intolerantes al gluten. Ahora ya tienen acceso a un pan gourmet en el que la calidad y artesanía se dan la mano para crear nuevos sabores y nuevas texturas, utilizando fermentos naturales.
Nos sirvieron Duo Gluten Free que contiene: 1 pan de nueces y albaricoques y 1 pan de semillas.
En la comida nos deleitamos con La Cacciatora, un moscato que se tomó uno de los comensales y los otros dos difrutamos de un Raventós i Blanc, un espumoso de la cuenca de río Anoia cosecha 2013.
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A pie de mesa, nuestro amigo Alfonso, alma de la escuela en sala, en la cocina lo es Juan Manuel España, un maestro de los fogones y profesor también de la escuela.
De entrada el tradicional surtido de aperitivos bienvenida, distintos en cada ocasión.
Yo tomé bulgur. El bulgur es un alimento elaborado a partir del trigo. Para la elaboración tradicional del bulgur, se cuecen los granos de trigo en un caldero profundo con agua, removiendo a menudo para que la cocción sea uniforme, y añadiendo agua según se vaya consumiendo. Es una cocción larga, primero a fuego vivo y luego más bajo, para que el trigo se cueza lentamente.
Una vez hecho, se escurre y se deja secar al sol en las azoteas de las casas durante varios días. Tras esta operación los granos de trigo son machacados en una operación de molienda que da por resultados unos granos rotos irregulares, se les quita el salvado y se calibran usando cribas y tamices de distinto calibre. Se perfecciona el secado dejando de nuevo el bulgur varios días al sol. Se obtienen tres tipos de bulgur, grueso, fino y muy fino. La larga cocción y el cuidadoso secado del bulgur hacen que se conserve durante mucho tiempo. Por otro lado es un alimento precocinado, lo que permite ahorrar tiempo y combustible en el momento de prepararlo para su consumo.
En fin, una elaboración de aspecto y textura similar a un risotto, acompañado de setas y verduras; en verdad seductor.
Los otros dos comensales tomaron pastel de setas, muy de su agrado, y acompañado del pan Tríticum mejor todavía.
En los segundos también repitieron los dos comensales, lubina, muy buena y perfecta de punto.
Yo tomé paletilla de lechal, acompñada de cus cus, buenísima y una generosa ración, para no olvidar.
De postre, un pastel de chocolate (sin gluten).
Yo tomé frambuesas con chocolate y helado.
Como siempre una comida de diez, buena cocina, buen servicio, buen precio.
Por El Mule