La Yerbita, lo teníamos muy olvidado, pero últimamente estamos retomando el vicio por el lugar.

Teníamos trámites pendientes en Sarón y no estaba claro a qué hora íbamos a terminar, así que nada más acabar nos acercamos a La Yerbita.
Restaurante La Yerbita

En cuanto entré me llegó un agradabilísimo aroma a trufa, por lo que ya estaba decidido una parte del menú; hacía mucho que no me encontraba con una trufa de verano tan intensa.

Restaurante La Yerbita

Dos comensales, teníamos que comer con cierta prisa para volver a retomar nuestros quehaceres. Sin perder un segundo Marian nos tomó nota y enseguida comenzó una de las comidas más memorables de lo que va de verano.

Comenzamos con unos puerros asados, con salsa romescu y sardina ahumada. La sardina acompaña al puerro que es una maravilla y esta romescu es de las mejores que recuerdo.

Restaurante La Yerbita

De segundo tomé huevos poché trufados sobre crema de patata y trufa de verano. Son, sin lugar a dudas, los mejores huevos trufados que he tomado. Punto perfecto de cocción del huevo, la patata trufada riquísima, con gran aroma y sabor a este hongo. Lo que más me ha llamado la atención ha sido la propia trufa, increíblemente buena, muy fragante y sabrosa. Una delicia de ración.

Restaurante La Yerbita

Restaurante La Yerbita

Restaurante La Yerbita

El otro comensal tomó taco de bonito. Perfecto, como se puede apreciar en la foto, acompañado de un suave wasaby y un pisto ligero, sobre una crema de marmita. De matrícula de honor, todo un descubrimiento en lo referente recetas de bonito.

Restaurante La Yerbita

De postre cremoso de yogur con chocolate blanco y un flan de avellana delicioso con una textura muy particular.

Restaurante La Yerbita

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Por El Mule

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