Hace años, el padre de un amigo, después de invitar a unos amigos suyos a comer en un conocido resturante, le pidió al jefe de sala una tarjeta pues había que recomendar el sitio, dado que vendían mierda, pero barata.
Mis últimas experiencias en el sector aeropuertos, llámese AENA, deja muy claro que no les preocupa lo más mínimo la primera impresión del viajero que se topa por primera vez con la gastronomía española a su llegada a cualquier aeropuerto de la península, ya que la oferta resulta cara no, carísima, y de calidad insultante.
Yo no soy muy amigo de viajar en avión, pero siempre me encuentro con la misma cantinela, en todos los aeropuertos españoles: elaboraciones de muy baja calidad, con elevado precio y en muchas ocasiones rondando lo insalubre. La última vez que salió a colación este tema fue cuando mi hija se quedó a comer en el aeorpuerto de Madrid y la comida fue un auténtico calvario, mala cocina, mal producto, mala elaboración y cara.
En esta ocasión el avión salía a las 6:00h. y estábamos esperando para embarcar, rato que aprovechamos para desayunar. En buena hora, yo tomé un zumo de naranja y no comí nada pues a la vista de lo disponible se me quitaron las ganas, pero mi compañero se pidió un sandwich de jamón y queso del cual os dejo un par de fotos.
El zumo salió de un recipiente de gran tamaño a temperatura de cámara, lo que indicaba que llevaba un buen rato dentro de la misma, con un sabor a rayos inexplicable, fruto de la oxidación o de la mezcla con otros ingredientes. Al final lo que me proporcionó fue una carrera al baño que casi me hace perder el avión.
Del precio para qué hablar, una barbaridad. Las zonas comerciales que acogen los aeropuertos se han convertido en el destino dorado para muchas compañías, sobre todo dedicadas a hostelería y retail, que han descubierto ventajas tales como una gran afluencia de personas, un perfil de cliente que no repara en gastos e incluso un nuevo tipo de consumidor que comienza a gustar de hacer sus compras entre vuelo y vuelo: el transumer.
Pero, por otro lado, son la punta de flecha que hacen de presentación de nuestro país y si esta es la primera impresión que se llevan nuestros visitantes… Yo me imagino llegando a un destino gastronómico como las vascongadas con una de las mejores gastronomías de nuestro país y que nada más aterrizar te encuentres con esto. Aquí es donde debería hacerse notar la marca España y exigir una oferta de calidad.
Y seguimos sin aprender a promocionar nuestro país, seguimos dando una primera impresión pésima, en la que no se puede recomendar ninguna opcion de las presentes en el aeropuerto, en ninguno de los dos que pisé, por que siendo mierda ni siquiera era barata.