Hemos Comido…en La Nuncia en Cueto con nuestro amigote Sergio un fenómeno detrás de los fogones y un defensor de la tradición gastronómica.

Todos los viernes busco un garito donde comer bien y que se encuentre cerca del trabajo ya que salgo a las tres y desplazarse fuera del área de Santander resulta inviable.

Este pasado viernes se me complico la mañana y no tuve tiempo de pensar el destino, pero la idea de las albóndigas no se me iba de la mente, y las albóndigas en mi mundo tienen nombre, La Nuncia.

Nada mas llegar me colocaron con la cocina a la vista y enseguida me descubrió Sergio, chachara asegurada.

Comencé picando unas croquetas que compartimos Sergio, algunos comensales y yo, croquetas de jamón crujientes y bien escurridas, un rico aperitivo o comienzo de almuerzo.

Hoy la ración estrella eran unas alcachofas, las puedes pedir por unidades y son una pasada-delicia confitadas en AOVE durante horas, conservan la ultima capa de hojas crujientes y el tallo que nunca me he explicado porque no lo sirven habitualmente, pero decididamente son de las mejorcitas que recuerdo, acompañadas de una papada que le va como anillo al dedo y un toque de zumo de olivas que no hace otra cosa que acrecentar el sabor del cardo.

La conversación verso en torno a guisos olvidados como la marmita de pulpo, de sacar partido al pescado de costa que a veces incluye en la carta, durdo, maragota, vedao, jargo y de la cocina canaria un tipo de cocina que se trajo nuestro anfitrión tras su larga estancia en las islas, de los arroces secos que últimamente trabaja, etc…. Muy amena la charla.

El segundo estaba cantado las albóndigas de la abuela, ese oscuro objeto del deseo en forma de ración, por supuesto acompañadas de unas buenas patatas.

Estuve observando como terminaba unas alubias canela que le habían encargado para el siguiente día, alubias reposadas.

Por el Mule

Etiquetas del articulo

Compartir

Categorías
Scroll al inicio