Todo un fenómeno de compañero de trabajo, el Killo se ha jubilado después de un montón de años en el convenio del metal.
Chistoso incansable que terminó emigrando de Cádiz a Cantabria debido a que encontró el amor en nuestras tierras. Su carácter gaditano es el resumen de su ser, gran persona, buen amigo y mejor compañero, siempre con una sonrisa y un chiste saliendo de su boca.
Desde esta comida quisimos brindarle un merecido homenaje, después de haber pasado estos inefables años de pandemia y decidimos agasajarle en La Nueva Gaviota, donde disponíamos de comedores privados.
La comida fue encargada de antemano y se compuso de un guiso y un segundo a elegir. Yo solo probré el guiso de cachón que estaba bastante bueno, con el gran sabor del cefalópodo, pero apenas tomé un par de cucharadas ya que no me encontraba muy bien, eso sí, me bebi dos botellas de agua. Así que poco os puedo comentar de la comida.
Según testimonio del restro de los comensales las rabas estaban buenas y se sirvieron en cantidad.
También me comentaron que las croquetas estaban buenas, me lo dijo más de uno.
El cachon que fue lo único que probé y que como os anticipaba estaba muy bueno.
Otro de los guisos fueron las alubias con almejas, a gusto de todos los que pregunté.
En los segundos, entrecote, chuletillas, merluza al horno y rodaballo. De los pescados se pudo repetir a gusto del comensal.
Para terminar tarta de queso, de esta sí probe una cucharada y estaba buena.
En este artículo no puedo hacer referencia de la mayoría de las elaboraciones ya que solo probe el cachón y la tarta, pero en general los comensale salieron satisfechos, pero dejo testimonio con las fotografías.