Hemos Comido…en La Martintera, una asignatura pendiente desde hace bastante tiempo.
Y ha sido un completo acierto.
Como entrante un clásico de la costa cántabra, la sopa de pescado, algo que me trae muy buenos recuerdos, muy similar a la que se hacía en casa, con cabezas y partes poco amigables de pescado.
Charles Heidsieck Brut Réserve es un espumoso brut elaborado con las variedades chardonnay, pinot meunier y pinot noir de la mano de Charles Heidsieck en la AOC champagne, en Francia.
Charles Heidsieck se trata de uno de los productores de champagne con mayor reconocimiento en todo el mundo. Fundada en 1851 la bodega es conocida por ser una de las primeras en elaborar blanc de blanc con la variedad chardonnay. Pero si por algo destaca Heidsieck es por la precisión en el arte de ensamblar sus vinos. Característica que le ha valido grandes reconocimientos internacionales.
Un espumoso cremoso con elegantes aromas de fruta con hueso, notas tostadas y toques de especias dulces. En boca es untuoso, fresco y equilibrado. Un champagne con burbuja fina, sabor frutal y un final agradable y largo.
Comenzamos con el ganador del último concurso de pescados humildes, con su sarda marinada con vinagreta de mango y huevas de trucha. Una elaboración sencilla pero exquisita, equilibrio justo entre acidez y dulzor muy leve. Muy recomendable la ración y un gran acierto del jurado.
Alcachofas con confitadas y planchadas al aroma de trufa. Se deshacen en la boca y mantienen su sabor, les sobra un poco de aceite, pero se esquiva fácilmente, deliciosas.
Callos con patatas. Muy buenos los callos, bien limpios y sabrosos. Las patatas de las buenas, de la casa, que bañadas en la salsa ganan un montón. Aparece algún hueso de la pata, algo que resulta un gran acompañante para este guiso, muy clásico y muy bueno.
Costilla asada. La carne está para subirla a los altares, se deshace, los huesos salen tirando levemente, con un perfecto tostado en la cara exterior y le acompañan unas patatas, que al igual que las de los callos, son una delicia. El pimiento verde marca la diferencia, asado entero, justo de punto y sabroso como lo es un buen pimiento.
Se puede comer más, pero dificilmente mejor, una comida perfecta.